Amparadas en la ostentación de Registros de Validez Oficial (Revoe) obtenidos en otros estados del país o que no se encuentran actualizados, un número indeterminado de escuelas participares “patito”, opera en Cancún sin ningún tipo de control aprovechando la necesidad de muchos estudiantes que buscan continuar su formación académica, a cambio de no invertir grandes sumas de dinero o largos años de esfuerzo para obtener un certificado o título profesional, que a la larga suele convertirse en una limitante para alcanzar mayores competencias profesionales.
Con atractivas ofertas en el pago de colegiaturas, gratuidad en el pago de inscripción, la posibilidad de cursar el bachillerato en uno o tres meses o la licenciatura en dos o tres años, un número indeterminado de escuelas, irregulares, que de manera extraoficial pudieran superar los 15 planteles, operan en Cancún, aprovechando la limitada y casi siempre saturada oferta que tiene las instituciones del sector público.
Luis Gerardo Téllez Trejo, presidente de la Asociación de Preparatorias y Universidades Privadas de Quintana Roo, señaló que, para la operación de una institución académica, la Secretaría de de Educación y Cultura, debe expedir el correspondiente Revoe, con el que se le otorga la legitimidad que corresponde. Sin embargo, muchas escuelas irregulares, llegan a Cancún con Registros de Validez expedidos en otros estados, lo que en caso de que el estudiante tengas algún inconveniente, deberá dirigirse a la entidad donde se dio dicho registro.
Indicó que muchas veces, los estudiantes buscan alternativas que les brinden comodidad en cuanto a los horarios, tiempos de estudios y costos, por lo que sin revisar a fondo la honorabilidad de las escuelas, se inscriben en ellas, lo que a la larga puede representar un riesgo en su futuro educativo, al ser dudosa la preparación que se les brinda, que al final, repercute en que el estudiante no posea el nivel paras desenvolverse adecuadamente en el campo de labores profesionales.
Al ser “instituciones” que en su oferta destacan las especialidades de mayor demanda o que están “de moda” entre los estudiantes, constituyen una competencia desleal para las universidades y preparatorias formalmente establecidas, cuya mayor inversión que implican sus estudios, equivale a una mayor dedicación en la profesionalización que se da a sus alumnos.
