CHETUMAL, Q. ROO.- La emergencia sanitaria por coronavirus despertó en las mujeres privadas de la libertad del Cereso de Chetumal, la inquietud de ayudar dentro de sus posibilidades. Desde hace unos días fabrican cubrebocas, que son entregados de manera gratuita a la población.
De lunes a viernes, de 10:00 a 19:00 horas, con una hora y media para comer, 36 mujeres y cuatro hombres se encuentran en la nave industrial del penal ubicado en la capital quintanarroense, confeccionando este artículo. La meta es producir un millón y medio.
Trabajan en serie. Unas cortan tela, otras se encargan de coser y el resto, tijeras en mano, van perfeccionando cada pieza; la intención de este trabajo, además de proteger a los quintanarroenses del coronavirus, es que los presos aprendan un oficio para que cuando cumplan su sanción se dediquen a esta actividad, dice Lucio Hernández Gutiérrez.
Durante un recorrido al interior del penal de Chetumal, el subsecretario de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad comenta que el material para realizar los cubrebocas lo consiguieron en la Ciudad de México; mientras que los policías son los encargados de entregarlos a la población, por lo que, las personas privadas de la libertad dicen estar motivadas de ayudar a través de este trabajo.
“Ellas han tenido la voluntad por sí solas de querer participar tanto con la institución, con la sociedad y se han adjudicado ambos turnos, se han sentido satisfechas y motivadas de querer formar parte de este esfuerzo que está haciendo la sociedad de enfrentar esta pandemia del Covid-19”.
Las mujeres y hombres que aceptaron este trabajo reciben los sábados su pago, así pueden también ayudar a su familia, ya que la mayoría tienen a sus hijos en el exterior, además se mantienen ocupados e incluso estas actividades les sirven en caso de buscar un beneficio preliberacional.
El subsecretario añadió que el artículo 18 de la Constitución basa la reinserción social en los derechos humanos y en el trabajo, es por ello, que están obligados a acercar estas actividades a la gente que cumple una sanción.
“Son seres humanos independientemente de la causa, de la consecuencia que les trajo estar privados de la libertad, nuestra responsabilidad es atenderlos como personas, acercarles todos los servicios que la institución debe ofrecer para que su vida sea lo más digna posible y estén en posibilidad el día de mañana de poderlos reinsertar con el menor riesgo posible”.
FUENTE: Luces del siglo