Siempre se ha hablado sobre las diferencias que hay en el comportamiento entre perros y gatos, ya que unos suelen ser más aceptados por ciertos sectores.
Para esto, la doctora Karen Becker, de la asociación Healthy Pets, indica que ni una especie es más inteligente que otra, como en muchos casos algunas personas quieren hacerlo creer, además que cada quien tiene su propia opinión.
Los perros, al parecer, fueron diseñados por naturaleza para correr más y en todo caso socializar de manera más fácil que los gatos.
“Cuando se trata de jalar cuerdas o manipular palancas, estas acciones las pueden hacer con mayor facilidad los gatos, a diferencia de pruebas de velocidad, que éstas son más fáciles para los perros”, expuso la especialista.
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Comparación de inteligencia
En 1970 fue desarrollada la herramienta “Cociente de encefalización (EQ)”, para comparar la inteligencia y el peso del cerebro en relación al tamaño del cuerpo de un animal.
Resultó que en orden descendente, los más inteligentes son los seres humanos, los simios grandes, delfines, elefantes y los perros.
Los gatos están en la parte inferior de la lista, pero más abajo están los caballos, ovejas, ratones, ratas y conejos.
No obstante, algunos especialistas han argumentado que el número de neuronas es un excelente indicador de inteligencia que el tamaño del cerebro, y en esta zona, los gatos sobresalen.
Los gatos tienen 300 millones de neuronas en su corteza cerebral (el área del cerebro asociada con el procesamiento, resolución de problemas y percepción), mientras que los perros tienen 160 millones.
Ambas especies han demostrado que son capaces de distinguir entre diferentes cantidades de objetos y seguir los señalamientos corporales de las personas.
Fuente: Sipse