Los mexicanos que viven en colonias y localidades inseguras o donde existe desorden social ganan más grasa en el abdomen, en comparación con aquellos que viven en lugares tranquilos.
De modo que la mala alimentación no es el único factor externo que causa sobrepeso y obesidad, sino que la existencia de edificios abandonados, paredes con graffiti, consumo de drogas o alcohol en las calles y falta de alumbrado público también influyen en el aumento de peso.
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Así lo detectó el estudio Social disorder, physical activity and Adiposity in Mexican adults: evidence from a longitudinal study, del jefe del departamento de atención a la salud de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco (UAM-X), Luis Ortiz Hernández, quien pesó y midió a ocho mil familias y tres años después repitió el mismo ejercicio en las mismas personas, encontrando que en los lugares inseguros los adultos de 20 a 60 años de edad aumentaron desde 2.5 hasta 20 centímetros de cintura, sin importar el nivel de escolaridad y género.
El académico de la UAM acudió a los ocho mil hogares que abarca la Encuesta Nacional de Niveles de Vida de los Hogares y detectó que en colonias de las delegaciones Iztapalapa y Gustavo A. Madero, así como en ciudades fronterizas, por ejemplo, las personas engordaron, presentando un aumento de grasa abdominal por falta de actividad física.
En entrevista con Excélsior, el investigador explicó que, en promedio, la cintura de los mexicanos que viven en zonas peligrosas aumentó 2.5 centímetros en ese lapso de tres años, aunque hubo casos en las que la cintura creció hasta 20 centímetros, lo cual revela que la inseguridad causó que las personas aumentaran de peso, concentrado grasa en el abdomen.
“No necesariamente las personas ganaron demasiados kilos, pero sí ganaron grasa en el abdomen, debido a que vivir en una colonia proclive a la delincuencia la gente sale menos a las calles, se vuelve más sedentaria y, por ende, su cintura creció por acumulación de grasa”, detalló.
Dijo que las personas salen menos a la calle en esas colonias o localidades, por tanto, permanecen más dentro de su hogar, ven más televisión y eso causa que ganen grasa en la cintura, por falta de actividad física, además de que también aumenta la producción de la hormona que influye en el aumento de peso.
“Hay más estrés en esas personas, porque perciben riesgo o peligro, y si perciben que hay inseguridad en la colonia están experimentando esa sensación de peligro y, en términos fisiológicos, esta respuesta incluye reacciones corporales y producción de cortisona, que es la hormona del estrés, y si producen más esta hormona empiezan a acumular más grasa en el abdomen”, explicó.
Especificó que en las ciudades el aumento de grasa abdominal fue más perceptible, además de que las personas comentaron que dedican en promedio más de 20 horas de televisión a la semana y menos de diez minutos de deporte al día.
“Uno podría pensar que 2.5 centímetros es poco y que eso representa apenas una talla más, pero debemos reflexionar que se trata de grasa abdominal y eso genera sobrepeso y obesidad”, alertó.
Por tanto, la conclusión es que vivir en un lugar peligroso genera estrés, hace cambiar los patrones de actividad física y ocasiona que la gente gane grasa en el abdomen.
Por este estudio, Ortiz Hernández recibió el Premio en Investigación en Nutrición 2015 que otorga el Instituto Nacional de Ciencia Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, la Fundación Mexicana para la Salud y el Fondo Nestlé.
Y ante estos hallazgos, consideró que si bien los programas de salud invitan a la gente a que haga ejercicio, también son necesarios programas sociales que ofrezcan espacios abiertos seguros y alumbrado público, así como gimnasios al aire libre.
(FUENTE: EXCELSIOR)