La fortaleza de un huevo
Los huevos son más fuertes de lo que pensamos. Para probar la fuerza de una cáscara de huevo, podemos colocar un huevo crudo en la palma de la mano. Primero, usamos una presión uniforme con toda la palma de la otra mano y apretamos. El huevo, lógicamente se rompe. A continuación, pondremos el dedo pulgar y el dedo índice en los extremos del huevo. Apretamos. ¿Podemos romper el huevo de esta manera? No, ¿verdad? Esta curiosidad hará las delicias de los más pequeños.
Sigamos con más huevos
Para este experimento necesitaremos cuatro huevos crudos de un tamaño similar. Con sumo cuidado, romperemos los huevos y vaciaremos su contenido en un recipiente. Enjuagamos las cáscaras de huevo por dentro y las dejaremos sobre una servilleta de papel de cocina para que se sequen. A continuación emplearemos unas pequeñas tijeras para recortar los bordes rotos de las cáscaras de huevo para que todas las partes tengan el mismo tamaño. Hay que hacer este proceso con delicadeza para no provocar grietas en las carcasas de nuestro experimento.
A continuación utilizaremos todas las cáscaras ya recortadas, poniéndolas sobre una superficie plana. Las colocaremos en dos filas de dos cáscaras cada una. Luego, pondremos un libro grande, de tamaño considerable, encima de ellas, apoyando de manera uniforme en la parte superior de las cáscaras de huevo. Repitamos el proceso. ¿Cuántos libros pueden acumularse en la parte superior antes de que las cáscaras se rompan?
Estos experimentos pueden servir para plantear o que nos planteen preguntas interesantes como:
¿Sorprende la fuerza del huevo? ¿Influye la forma del huevo en relación a su resistencia? ¿Una sola cáscara de huevo aguantaría tanto peso en libros como las cáscaras de cuatro huevos que hemos probado en el experimento? ¿Cómo puede una gallina sentarse en un nido lleno de huevos sin romperlos?
Los huevos dan mucho juego en los experimentos con niños, por lo que no hemos terminado con ellos.
Fuente: MuyIteresante