REDACCIÓN POR: DARSET RIVERO
Un día después de las protestas en Santiago, Cuba, donde cientos de personas expresaron su frustración por los prolongados apagones y la escasez de alimentos, el gobierno de la isla tomó una medida diplomática al llamar al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos para entregarle una nota formal de protesta por lo que consideró conductas injerencistas.
Mientras tanto, un grupo de derechos humanos no gubernamental que monitorea a Cuba informó que al menos tres personas fueron detenidas en relación con las manifestaciones.
Las protestas, que tuvieron lugar en un barrio de Santiago de Cuba, se centraron en los cortes de energía prolongados y la falta de alimentos básicos, particularmente aquellos distribuidos a través de la libreta de abastecimiento subsidiada.
Aunque las autoridades cubanas reconocieron estas manifestaciones, también se informaron protestas más pequeñas en otras áreas de la isla, como Bayamo, El Cobre y Matanzas.
La embajada de Estados Unidos instó al gobierno cubano a respetar los derechos humanos de los manifestantes y abordar las necesidades legítimas del pueblo.
En respuesta, la Cancillería cubana entregó una nota formal de protesta a la embajada de Estados Unidos, criticando lo que perciben como una injerencia en los asuntos internos de Cuba.
El vicecanciller cubano, Carlos Fernández de Cossío, describió el mensaje de la embajada como «cínico» e «hipócrita», y señaló que las protestas pacíficas son una consecuencia directa de las políticas económicas coercitivas aplicadas por Estados Unidos contra Cuba.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, también condenó las manifestaciones, acusando a políticos y grupos en el sur de Florida de intentar fomentar el caos en Cuba.
Si bien las autoridades cubanas reconocen las dificultades económicas que enfrenta el país, las protestas reflejan un creciente malestar entre la población debido a la inflación, el bajo crecimiento económico y la escasez de productos básicos.