Ser padre es una gran responsabilidad, pues además de ser cabeza del hogar, tiene que dar el ejemplo a sus hijos, por ello es que el Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L.C. obispo diocesano de la diócesis de Cancún-Chetumal, exhortó y aconsejó a los papás a amar, cuidar y no despreciar a los hijos e hijas de la comunidad LGBTQ+.
En una entrevista con medios de comunicación al término de la misa de las 12:00 horas del domingo, el líder religioso indicó que todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, deben de ser amados y aceptados tal y como son, pues en circunstancias, donde el nacido o nacida decide cambiar de sexo, es cuando necesitan más de un padre.
Obispo Pedro Pablo Elizondo
“Los deben de aceptar y lo deben de hacer con mucho cariño, con mucha comprensión y empatía, es algo que muchos padres les sorprende y les cuesta muchísimo, pero son sus hijos, si estuviera en las mismas condiciones, yo lo amaría y respetaría, así como lo aconsejaría, pero en ningún momento entraría el desprecio”, afirmó.
Reiteró que él ha atenido muchos casos sobre este mismo tema e incluso otros donde el padre quiere desheredar a la hija, porque cometió un error, al grado de que la quiere dejar a la deriva y se quiere olvidar de ella, detalló que él platicó con el papá para aconsejar y llegar a una solución, aunque dijo que los malos pasos de los hijos no hay que “solaparlos”, pero tampoco hay que dejarlos solos.
“Sea la oveja negra, haya hecho lo que haya hecho, yo le decía a un señor que quería desheredar a su hija, porque se escapó con el novio, que ella es tu hija y siempre va ser tu hija y nunca va dejar de serlo, la tienes que tratar como tu hija, como la vas a mandar a volar, ahora es cuando más lo necesita”, subrayó.
Obispo cuenta cómo fue educado por su padres
Por último, contó parte de su vida, de cómo sus padres lo trataron a él y a sus hermanas; “mi mamá con una mirada, mi papá con otra, nos imponen tremendamente, nosotros en ese tiempo le llamábamos de usted, nunca le decíamos de tu a mi mamá, tenían un carácter de amor y por ese amor también nos daban con una vara o manguera, cuando nos portabamos mal, por eso los hijos también tienen que respetar”, concluyó.
FUENTE: LA VERDAD NOTICIAS