Cancún, Quintana Roo a 25 de junio del 2021:Más de 750 tumbas anónimas fueron encontradas cerca de un antiguo internado católico para niños indígenas en Canadá. Hace menos de un mes los restos de 215 niños habían aparecido en otro centro similar. El relator especial de la ONU para la verdad y justicia, el argentino Fabián Salvioli, urge al micrófono de RFI al gobierno canadiense y al Vaticano a cooperar para llevar adelante una investigación completa y resarcir a las víctimas.
751 banderas ondean ahora en el terreno cerca del antiguo internado católico para niños indígenas de Marieval, en la provincia de Saskatchewan, en el centro de Canadá. Corresponden a las 751 tumbas no identificadas que fueron encontradas bajo tierra gracias a un sistema de radar. Se trata del segundo hallazgo macabro de este tipo. A finales de mayo, habían aparecido los restos de 215 niños en otro centro educativo más al oeste del país.
Desde el siglo XIX hasta la década de los años 1990, más de 150.000 niños amerindios, mestizos e inuit fueron recluidos en internados canadienses para apartarlos de su familia e idioma y asimilarlos por la fuerza a la cultura dominante. Muchos de estos menores fueron sometidos a maltratos y violencia sexual y más de 4.000 murieron por enfermedad, negligencia, accidente o abusos, según el informe que entregó en 2015 una Comisión de la verdad y reconciliación canadiense.
Identificar a los responsables y a los niños desaparecidos
«El carácter masivo de las tumbas halladas marca que no se trata de hechos aislados», reaccionó al micrófono de RFI el argentino Fabian Salvioli, Relator Especial de la ONU sobre la promoción de la verdad, justica y reparación. «El informe de la Comisión de la verdad canadiense da muestra de numerosos abusos y violaciones a los derechos de los niños por eso estamos pidiendo una investigación completa en la que también tiene que participar la Santa Sede».
La Iglesia Católica, que gestionaba muchos de estos centros educativos con el acuerdo del gobierno, «debe tener archivos y debe entregarlos». Uno de los internados donde se encontraron tumbas funcionó hasta la última década del siglo XX, «todavía pueden haber responsables en vida y deben ser juzgados», ahondó Salvioli.
Desde hace décadas, los sobrevivientes de estos recintos intentan hacer oír sus voces para que se busque a sus hermanos y amigos desaparecidos lejos de sus padres.
«La verdad por fin se manifiesta», afirmó por su parte el líder de la Asamblea de las Primeras Naciones de Quebec y Labrador, Ghislain Picard.
Tras el primer hallazgo hace menos de un mes, el gobierno de Justin Trudeau desbloqueó 27 millones de dólares para apoyar a las comunidades indígenas que quieran realizar búsquedas y excavaciones en los otros centros educativos para indígenas que existieron en el país.
El ejecutivo también pidió disculpas. Pero para Cadmuss Delorme, líder de la comunidad indígena Cowesses donde se hallaron las 751 tumbas, no es suficiente. «Hay que descolonizar la administración canadiense para que concentre sus esfuerzos en las Primeras naciones y para que nos podamos gobernar a nosotros mismos», dijo.
«Tristeza inmensa»
Este jueves, varias ciudades canadienses, entre ellas Montreal y Ottawa, dejaron sus banderas a media asta en homenaje a estos niños muertos lejos de sus padres, reporta la corresponsal de RFI Pascale Guericolas.
El primer ministro Justin Trudeau expresó su «tristeza inmensa» por las comunidades indígenas y reconoció que Canadá es responsable del dolor y del traumatismo que están viviendo. Para la ministra de las Relaciones con los pueblos autóctonos, este nuevo hallazgo de tumbas anónimas constituye un recuerdo vergonzoso del racismo sistemático que padece esta categoría de la población, indicó Guericolas.
Del lado de la Iglesia, el arzobispo de Regina, capital de la provincia de Saskatchewan, ya pidió disculpas y afirma que el Papa Francisco recibirá dentro de unos meses a una delegación de indígenas canadienses.