El cuerpo humano ha sido creado para moverse. Todas las articulaciones, músculos y órganos están siempre listos para que estemos activos. Nuestro cuerpo es tan hábil y perfecto que combatimos la gravedad casi sin esfuerzo, gracias a la fuerza de nuestra columna y nuestras piernas. Sin embargo, el estilo de vida actual y las condiciones de trabajo generales hacen que nuestra cuota de movimiento no se vea cumplida como debería, y por esto, nuestro cuerpo se ve perjudicado.
Ya sea viendo TV, usando la computadora o trabajando en la oficina, los seres humanos de hoy pasamos más tiempo sentados que en el resto de la historia. Con un récord de casi 9.3 horas diarias y superando a las 7.7 horas que se usan para dormir, las personas de hoy pasan más tiempo sentadas, a pesar de que muchas hagan ejercicio semanalmente. Permanecer tanto tiempo en esa posición no solo es desaconsejable por cuestiones de sedentarismo, sino que es un riesgo para nuestra salud.
Según la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física ha sido identificada como el cuarto factor principal de riesgo de muerte para las personas de todo el mundo. Un estudio llevado a cabo en Toronto, revela que aun haciendo ejercicio los efectos de estar sentado tanto tiempo son un riesgo para la salud. Vale aclarar que ejercitarse reduce ese riesgo pero no lo elimina.
Estar mucho tiempo sentado, es decir durante 8 a 12 horas o más al día, aumenta el riesgo de perjudicar a los órganos en general. Los músculos queman menos grasa y la sangre fluye más lentamente. Esto permite que los ácidos grasos obstruyan más fácilmente el corazón. Se ha relacionado con presión arterial alta y colesterol elevado y la gente más sedentaria tiene el doble de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares que aquellos que son más activos.
Los músculos en movimiento bombean sangre fresca y oxígeno a través del cerebro y desencadenan la liberación de hormonas que mejoran el estado de ánimo. Cuando estamos sedentaria durante mucho tiempo, todo se ralentiza, incluyendo la función cerebral.
El páncreas produce insulina, la hormona que transporta la glucosa a las células para obtener energía. Pero las células en los músculos inactivos no responden tan fácilmente a la insulina, por lo que el páncreas produce más y más, lo que puede conducir a la diabetes y otras enfermedades. Estudios han arrojado que esto aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 90%.
La mayoría del tiempo se trata de estar frente a un escritorio de trabajo, estirando el cuello hacia delante, hacia un teclado o inclinando la cabeza para acunar un teléfono mientras escribes. Todo esto puede tensar las vértebras cervicales y conducir a desequilibrios permanentes que incluyen dolores de hombros, trapecio y jaquecas.
En realidad, toda nuestra columna sufre los efectos de estar sentados. Cuando nos movemos,los discos entre las vértebras se expanden y contraen como esponjas, absorbiendo sangre fresca y nutrientes. Pero cuando nos sentamos por un largo tiempo, los discos se aplastan de forma desigual. El colágeno se endurece alrededor de los tendones y ligamentos de apoyo. Nuestros huesos en general comienzan a deteriorarse por efecto de la mala circulación y del peso mal distribuido.
Esta postura también ralentiza la circulación sanguínea, lo que hace que el líquido se acumule en las piernas. Los problemas van desde tobillos hinchados y venas varicosas, hasta la formación de coágulos sanguíneos llamados trombosis venosa profunda (TVP). Glúteos que no trabajan, caderas que pierden fuerza y abdominales débiles, y la lista continúa sobre los efectos de deterioro que tiene esta postura sobre nuestro cuerpo.
Si es que estar sentado es una necesidad dentro de tu trabajo o profesión, algunas recomendaciones dadas por el Dr Sanjay Gupta, neurocirujáno y profesor en Atlanta, incluyen: tomar mucha agua, mover las piernas para que la sangre fluya mejor y girar los pies en forma circular. Hay quienes dicen que sentarse en una silla con posición a 135° es mejor que hacerlo a 90°, ya que la espalda no está tan exigida y se evita el encorvamiento de la parte superior.
Lo importante es ser conscientes de lo mucho que estamos sentados. De esa manera, puedes proponerte como objetivo reducir ese tiempo un poco cada semana. Por ejemplo, si estás en el trabajo, podrías intentar trabajar de pie cuando puedas hacerlo, o plantearte como objetivo caminar por unos minutos cada media hora. Sube las escaleras en lugar de tomar el ascensor o ve a trabajar en bicicleta.
¡A moverse!
Vídeo: ¿Por qué sentarse es malo para tí?
(FUENTE: LA BIOGUIA)