Según el Observatorio de Feminicidios, en el país cada cuatro horas es asesinada una mujer en el país; actualmente hay más de 3 mil desaparecidas en cinco estados.
No hace falta más que ver cualquier medio de cualquier día de este año para adivinar que fue el peor para ser mujer en el país. Y es que hasta noviembre, la tasa de feminicidios indicaba que cada cuatro horas asesinaron de forma violenta a una mujer, niña o joven. Si entramos en detalles escabrosos, los asesinatos fueron perpetrados por hombres y, en su mayoría, las asfixiaron, mutilaron, apuñalaron, balearon o degollaron.
Según las cuentas del Inegi, de 2007 a 2016, fueron asesinadas 22,482 mujeres en todo el país. En 2017, los primeros seis meses hubo 914 asesinadas sólo en 17 estados de la República, y en otros cinco estados desaparecieron 3,174. Cifras espeluznantes de una tendencia al alza, porque una cosa es cierta (y lamentable): en México se mata a las mujeres porque se puede, porque no pasa nada.
Según el Inegi, 46.5 millones de mujeres mayores de 15 años ha enfrentado violencia de cualquier tipo. (Fuente: fraydraco)
Según María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), este año, menos del 49 por ciento de asesinatos de mujeres se investigan/investigaron como feminicidios, y de ese porcentaje no se sabe exactamente cuántos se vincularon a proceso de tipo penal.
Casos mediáticos hay muchísimos, nombres completos de víctimas de todas las edades copan las páginas de periódicos y portales. Los casos paradigmáticos son menos que eso, casi en ninguno de ellos la justicia es distinta y la culpa recae siempre en las víctimas: «por vestirse así, por vivir así, por comportarse así, por salir así, por no defenderse…» Excusas sobran al escarnio público que no puede —o quiere— entender que la culpa es y será siempre del asesino; que nada justifica matar.
Según las cifras oficiales (Inegi) 46.5 millones de mujeres mayores de 15 años ha enfrentado violencia de cualquier tipo; 38.6 de cada 100 niñas de entre 15 y 17 años sufrieron violencia sexual y 43.3 emocional. De 2007 a 2016 el homicidio violento de mujeres aumentó en 152 por ciento, pues el año pasado hubo 2 mil 735 asesinatos de mujeres en todo el país.
Pero las cifras no son nada ni obtienen dimensión sin las historias y los nombres que siguen retumbando —o deberían— en la conciencia de las autoridades que no emiten alertas de género en estados con altos niveles de violencia de género sólo «porque el gobernador queda mal», o que cuya metodología de investigación se basa en quién puede comprar su silencio o en los prejuicios en contra de las víctimas. Casos como el de Valeria Gutiérrez, Lesvy Berlín, Victoria Salas, Anayetzin Fragoso, Mara Castilla, Jessica Sevilla y Dayana Esmeralda son ejemplo de los mil 297 feminicidios ocurridos en lo que va del año.
En cinco estados del país se cuentan 3 mil 174 mujeres y niñas desaparecidas: el Estado de México, Jalisco, Colima, Guanajuato y la Ciudad de México. Y hay tipologías de víctimas para poner atención: niñas entre 10 y 17 años son blancos fáciles.
Entre estos no se cuenta Puebla, estado en el que a pesar de la cantidad de mujeres asesinadas no se consiguió la alerta de género en 2016 por cuestiones políticas, y que este año cierra con más de 300 casos sin sentencia. La mayor parte del país no goza de un panorama distinto, pero como hace poco verbalizó la madre de Lesvy Berlín: «Se van a acabar las lágrimas, pero no la rabia ni la sed de justicia».
fuente: cultura colectiva