El gobierno de Guatemala informó que 161 mexicanos, entre ellos 69 niños, recibieron un permiso de permanencia por razones humanitarias, tras refugiarse en una aldea fronteriza para escapar de la violencia en el estado de Chiapas.
39 familias beneficiadas con pase humanitario
El Instituto Guatemalteco de Migración detalló que 39 familias fueron entrevistadas y beneficiadas con este permiso, además de recibir atención en el departamento de Huehuetenango.
En total, se trata de 92 adultos y 69 menores de edad, quienes salieron de México “derivado de la conflictividad que persiste” en Chiapas.
La mayoría permanece en un albergue comunitario, mientras que otros fueron acogidos por pobladores locales o rentan viviendas. La zona se encuentra bajo resguardo de la Policía Nacional Civil y del Ejército de Guatemala.
México niega desplazamiento forzado
El fiscal general de Chiapas, Jorge Luis Llaven, rechazó que se trate de un desplazamiento forzado por la violencia, al asegurar que en la región “no se registran choques desde hace meses”.
De acuerdo con su versión, replicada por la AFP, se trata de familiares de 50 presuntos delincuentes que huyeron hacia Guatemala para evadir órdenes de captura por homicidio, desaparición de personas y extorsión.
“De manera voluntaria están migrando en busca de sus familiares prófugos”, declaró el fiscal, al tiempo que informó que México gestiona fichas de Interpol para lograr su captura.
Violencia persistente en la frontera sur
Expertos señalan que Chiapas se ha visto afectado por la disputa entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, que buscan controlar las rutas del narcotráfico en la región.
La situación recuerda al episodio de 2023, cuando cerca de 600 mexicanos huyeron hacia Guatemala y permanecieron allí durante siete meses antes de regresar a sus hogares.
Reunión entre Sheinbaum y Arévalo
El pasado viernes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se reunió con su homólogo guatemalteco, Bernardo Arévalo, y se comprometió a reforzar la seguridad en la frontera común.
El encuentro ocurrió dos meses después de que una incursión de policías mexicanos en territorio guatemalteco, durante la persecución de presuntos narcotraficantes, generara tensión diplomática y un pedido de disculpa por parte de México.