NUEVA YORK, EU., junio 30 (EL UNIVERSAL).- Los turistas que pasean por debajo del puente de Brooklyn quedan sorprendidos y de inmediato voltean hacia arriba: «¡Oh Dios mío!»; «¡Cómo pudo haber pasado esto!»; «¡Eran de México!»; «Descansen en paz». Otros no le dan importancia.
El pasado 17 de mayo, el Buque Escuela ARM Cuauhtémoc, de la Secretaría de Marina (Semar), colisionó con el puente de Brooklyn, y a más de un mes, la comunidad mexicana en Nueva York pide información a nuestro país y Estados Unidos sobre el accidente que mató a los cadetes América Yamileth Sánchez y Adal Jair Marcos, ambos de 20 años de edad.
En ese rincón de la enorme ciudad de Nueva York se levantó para «los héroes mexicanos» un altar con más de 50 veladoras, flores, rosarios, banderas mexicanas, imágenes religiosas y cartulinas que recuerdan que ya pasaron más de 30 días.
Las quinceañeras y los novios posan los fines de semana para sus fotografías, justo al lado de este memorial. Un osito de peluche con birrete recuerda que buscaban graduarse para ser marinos.
«Con todo el corazón, newyorkers stand with los cadetes mexicanos», reza un cartel colocado al lado de las fotografías de América Yamileth y Adal Jair.
«Día 30. Accidente del Buque Cuauhtémoc. 8:26 PM. Respuesta, ya pasaron más de 30 días. ¿Necesitan más? Transparencia y justicia», señalan otros mensajes. Las condolencias para las familias y los mensajes especiales para las madres se destacan.
La Semar, a cargo del almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, indicó que las investigaciones de este tipo requieren «tiempo y rigor técnico». Un piloto naval de Estados Unidos era el encargado de las maniobras del Buque Escuela Cuauhtémoc al momento del choque contra el puente de Brooklyn.
También hay oraciones para los fallecidos: «Señor, guíalos a tu encuentro y brinda a sus almas el eterno descanso. Que Dios los tenga en su santa gloria».
Cinco días después del accidente, la presidenta Claudia Sheinbaum informó que las autoridades estadounidenses ya contaban con la autorización de las Fuerzas Armadas mexicanas para abordar y empezar la investigación del choque.
«Se requiere un protocolo especial [para abordar] porque es un buque de la Armada, no es un buque civil. Entonces, por ser un buque de la Armada de México requiere sus propios protocolos, como en cualquier lugar del mundo, son protocolos internacionales», explicó en su conferencia del 22 de mayo en Palacio Nacional.
En redes sociales hay algunos mensajes recientes: «Oigan ¿y el Buque Escuela Cuauhtémoc?», «Que no se pierda en el olvido: Buque Escuela Cuauhtémoc».
El día del accidente, la Secretaría de Marina refrendó su compromiso «con la seguridad del personal, la transparencia en sus operaciones y la formación de excelencia para los futuros oficiales de la Armada de México».
La información más reciente refiere que el Buque Escuela ARM Cuauhtémoc fue trasladado del Astillero GMD, en Brooklyn, al Astillero Caddell, en Staten Island, Nueva York, tras concluir la primera fase de reparación.
Según la Semar, estas labores permitirán apoyar los peritajes en curso y forman parte del procedimiento estándar para este tipo de casos, bajo supervisión de las autoridades correspondientes, incluida la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos.
El velero escuela está asegurado por 24 millones de dólares, monto que, de acuerdo con la Semar, se usará para reparaciones e indemnizaciones a familiares de las víctimas. En el Día de la Marina, el pasado 1 de junio, la presidenta Sheinbaum homenajeó a todos los marinos caídos al prestar servicio y en particular a los cadetes América Yamilet Sánchez y Adal Jair Marcos.
«Nuestro corazón está con ellos y sus familias», expresó la titular del Ejecutivo federal.
Por lo pronto, los ferries y las motos acuáticas siguen su paso por el Río Este como si nada hubiera pasado. De fondo, los rascacielos de Nueva York y la esperanza de que el «gran embajador» retome su camino como representante de la paz, de la formación marina, de la diplomacia naval y de México.