Autoridades de Australia confirmaron este miércoles que tuvieron que sacrificar a las ballenas piloto sobrevivientes del grupo de casi 100 ejemplares que encalló en la costa suroeste la nación de Oceanía.
La decisión la tomaron después de que fracasaron los esfuerzos para guiarlas a aguas más profundas. Las supervivientes regresaban una y otra vez a aguas poco profundas, informó el Servicio de Parques y Vida Silvestre de Australia Occidental.
La manada de ballenas piloto de aleta larga encalló el martes en la playa Cheynes.
A pesar de los distintos esfuerzos de funcionarios de vida silvestre y voluntarios, 52 de las ballenas varadas fallecieron en la playa, mientras que las otras 45 fueron sacrificadas este día.
Declararon «Tristemente, se tuvo que tomar la decisión de sacrificar a las ballenas restantes para evitar prolongar su sufrimiento»
El servicio enfatizó que: «Fue una decisión difícil para todos los involucrados, pero el bienestar de las ballenas tenía prioridad»
Agradecieron a los cientos de voluntarios que ayudaron en el intento por salvar a las ballenas.
Especialistas en vida silvestre señalaron que el encallamiento podría ser un indicador de estrés o enfermedad dentro de la manada.
Aunque los expertos indicaron que las razones posiblemente seguirán siendo un misterio.
Destacaron que ballenas piloto son animales sumamente sociables y mantienen relaciones estrechas con el grupo durante toda su vida.
El evento recordó al ocurrido en septiembre del 2022, en el que murieron unas 200 ballenas piloto luego de que una manada encalló en la remota costa oeste del estado insular de Tasmania, frente a la costa sureste de Australia, mientras que en octubre de ese año casi 500 ejemplares de este tipo fallecieron luego de quedar varadas en dos playas lejanas de Nueva Zelanda.
Con información de AP.