Hace unos días, Colombia se convirtió en la primera nación de América Latina en aplicar con éxito la estimulación cerebral profunda para el tratamiento de un caso de depresión. Este procedimiento, aunque sigue siendo experimental, ya se considera una de las mejores opciones para tratar casos que no tienen otro remedio. Sin embargo, aún no está del todo claro cómo funciona y sus resultados, de acuerdo con los reportes, no siempre han sido positivos.
La depresión, en crecimiento
La depresión es el trastorno mental más prevalente a nivel global, pues llega a afectar a entre el 15% y el 20% de la población, y la Organización Mundial de la Salud calcula que para 2030 será la principal causa de carga de enfermedad (de cualquier tipo) a nivel mundial.
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Si bien en ocasiones la depresión se presenta en formas relativamente leves, pero hay ocasiones en que puede ser una grave amenaza, pues algunos pacientes llegan a experimentar desesperación, alucinaciones e intentos y comportamientos suicidas, explican los autores de una revisión publicada en mayo pasado en la revista Brain and Behavior.
Quizá el tipo de depresión más preocupante sea la llamada la depresión resistente al tratamiento (DRT), pues quienes la padecen no mejoran con los fármacos antidepresivos. Incluso entre las personas que reciben atención estándar para la depresión, aproximadamente el 30% desarrolla resistencia para al menos dos antidepresivos, señalan los autores de la revisión.
Para abordar este problema, en los últimos años se han intentado tratamientos como la estimulación magnética transcraneal, la terapia electroconvulsiva, la estimulación del nervio vago y la estimulación cerebral profunda, que es, hasta ahora, la más promisoria, según una comparación publicada en marzo en la revista GeroScience.
La novedosa estimulación
La técnica de la estimulación cerebral profunda (ECP) se desarrolló para el tratamiento de enfermedades como el mal Parkinson, y es un método que consiste en la implantación de electrodos en la corteza cerebral, los cuales estimulan a las neuronas en puntos específicos. Desde hace poco más de 15 años se ha probado, sobre todo en Gran. Bretaña, su uso contra la depresión.
El problema con el uso de esta técnica para la depresión es que, aunque se tienen ubicados algunos puntos cerebrales donde se instalan los electródos, aún no se sabe por qué estos funcionan y si son los únicos o los mejores para el tratamiento.
Así, la tasa de respuesta de quienes han sido tratados contra la depresión no es muy alta, de alrededor del 60%, y en aproximadamente el 30% de los casos los síntomas de la depresión remiten poc completo.
“Sin embargo, los resultados de los estudios no han sido uniformemente positivos”, se señala en la publicación de GeroScience, y señalan casos en los que al cabo de seis meses no hubo diferencias significativas entre quienes siguieron el tratamiento y quienes recibieron un tratamiento placebo.
“Además, se han reportado casos de suicidio e ideación suicida en pacientes que reciben tratamiento con ECP”, indica el equipo de investigación.
En México no hay planes
Hasta ahora, en México la estimulación cerebral profunda se está usando con éxito para tratar el Parkinson, y no se han dado a conocer planes para utilizarla como tratamiento para la depresión.
Fuente: Latinus