El vuelo de British Airways del pasado 12 de marzo con destino a Londres y que había partido desde Johannesburgo, Sudáfrica, transcurría sin problemas hasta que, faltando 90 minutos para el aterrizaje, del pasillo central del Airbus A380 comenzó a brotar un manantial de agua.
«La mayoría de nosotros estábamos durmiendo cuando comenzamos a sentir que el avión se inundaba», le dijo a BBC Mundo Nicolas Gausserand, uno de los pasajeros del vuelo.
«Se podía ver mucha agua. Y realmente te asustas cuando estás a 10.000 metros de altura», señaló.
De inmediato las azafatas desplegaron toallas y frazadas sobre el piso para absorber el líquido.
El capitán de la aeronave les dijo a los pasajeros que se trataba de una inundación que no representaba ningún peligro para el vuelo.
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«Aunque la gente reaccionó extrañada al ver el agua, nunca hubo una expresión de pánico ni nada parecido», dijo Gausserand.
Aunque el hecho ocurrió este domingo, apenas se conocieron los detalles este viernes.
Una investigación en tierra determinó que uno de los carros que transporta la comida había roto una de las tuberías internas del avión.
«Mi iPad se dañó por el agua y mi maleta se estropeó un poco, pero la aerolínea respondió por todo», concluyó la pasajera.
Fuente: BBC