Para los autos blindados, existen diferentes niveles de protección. No es cualquier cosa tener que transportar a un empresario y su familia, mucho menos al Presidente de una de las naciones más importantes del planeta. En el caso del Presidente de Estados Unidos, se aplican los mejores conocimientos en esta área para crear a la llamada “Bestia”.
Desde 1993, la marca empleada para ser el auto oficial del Presidente Norteamericano ha sido Cadillac, apodado como “La Bestia” por el nivel de protección y peso estimado que tenía. Un dato curioso es que este vehículo es desarrollado por el Servicio Secreto con detalles muy específicos (y también secretos) para mantener a salvo al mandatario.
“La Bestia” de Joe Biden
El Cadillac que transporta a Joe Biden en México estos días existe desde 2018, aproximadamente, pues fue desarrollado para el entonces Presidente Donald Trump. Su diseño tiene elementos de la Escalade de generación pasada, con una parrilla más fina proveniente de los sedanes grandes de la marca y, como toda limusina, una longitud de 5.5 metros. Se estima que su costo fue de aproximadamente $1.5 millones de dólares al momento de su creación, en 2016.
El apodo de «La Bestia» surge en los tiempos de George Bush, quien gobernó entre 2001 y 2009, pues fue cuando se dejaron de usar autos convencionales con modificaciones y blindaje específicos, por vehículos desarrollados desde cero entre el Servicio Secreto y General Motors. Esto proporciona una limusina más segura a comparación de un vehículo modificado post producción, con el natural incremento de peso, motivo por el que se le llamó de esa manera.
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Curiosamente, de Cadillac no tiene mucho en las entrañas pues se basa en la plataforma de camiones de GM, con un V8 de 6.6 litros de más de 300 caballos de fuerza para poder mover semejante peso. Se cree que ronda las 9 toneladas debido al nivel de protección balística que tiene, desde puertas de 200 milímetros de grosor y una cabina totalmente hermética, incluso ante ataques biológicos. En su interior puede albergar hasta 7 personas, aunque fotos detalladas del interior son inexistentes.
Todo este conocimiento en vehículos protegidos nace a partir del asesinato de John F. Kennedy, en 1963, con autos creados entre los ingenieros de la marca en cuestión (en esos años fue Lincoln), el Servicio Secreto y otras empresas. Desde entonces, todos los secretos de protección son desconocidos, pues tanto documentos como autos, son destruidos a modo de mantener oculta toda esa información.
Previsión ante posibles ataques
Para no tener que dejar al Presidente desprotegido, “La Bestia” tiene almacenadas bolsas con la sangre del tipo del mandatario, además de contar con equipo para responder ante ataques armados, como aceite que cae al suelo o nubes de humo. Además, cuenta con conectividad satelital a Internet y visión nocturna por si hay que huir sin ser vistos.
Con el objetivo de evitar ser un blanco fácil, siempre se usan dos limusinas presidenciales, una en la que viaja el Presidente y otra de apoyo por si llega a haber una falla así como para disuadir a posibles enemigos. De igual manera, un convoy de 25 vehículos siempre protege a ambos autos.
A pesar de que Joe Biden es un fanático de los autos y seguramente le encantaría manejar “La Bestia”, no puede conducir nada hasta terminado su periodo.
Fuente: El Universal