A unos cuantos días de la votación del Reino Unido por salir de la Unión Europea, París y Fráncfort ya iniciaron su campaña para quedarse con uno de los tesoros financieros de los británicos.
El asiento del Reino Unido en la cumbre de la Unión Europea no llevaba vacío ni 24 horas cuando los líderes de Francia y Alemania ya se disputaban una de las joyas de la corona de la economía británica: el sector que facilita la negociación de derivados denominados en euros.
El presidente francés, François Hollande, dijo el miércoles que las operaciones de compensación debían estar en un país de la zona euro… como Francia. “Espero que el mercado financiero europeo se prepare para las operaciones que ya no serán posibles en el Reino Unido”, dijo en Bruselas.
Las autoridades alemanas le respondieron que París está soñando si cree que puede superar a Fráncfort, sede del Banco Central Europeo y de las operaciones Eurex de Deutsche Börse AG.
“Parece una mera ilusión de Hollande que el mercado pueda trasladarse a París”, dijo en una entrevista Michael Fuchs, líder ajunto del partido Unión Demócrata Cristiana de Merkel. “También podría trasladarse a Fráncfort”.
La disputa sobre algo que incluso puede que no ocurra es uno de los primeros indicios de lo contenciosa que promete ser la marcha del Reino Unido de la UE.
También te puede interesar: El Brexit no significa que le demos la espalda a Europa: Cameron
Por su parte el Reino Unido -al que los 27 miembros de la unión han instado a que inicie el proceso de salida del bloque- aún no ha indicado cuándo podrá en marcha el reloj de las negociaciones para su retirada, que durarán dos años. El primer ministro británico, David Cameron,
cenó con sus homólogos el martes pasado y después regresó a Londres, dejando a los líderes europeos que se reunieran sin el Reino Unido al día siguiente.
Las operaciones de compensación son una parte esencial de la infraestructura de un mercado financiero y son un negocio lucrativo para las empresas de Londres que proporcionan estos servicios.
El sector tiende a ser un imán para otros sectores como la gestión de garantías, los empleos en el sector jurídico y la negociación.
Las cámaras compensadoras han sido uno de los primeros asuntos en salir a la luz, en lo que será una campaña de presión al Reino Unido mucho mayor, ya que fue una batalla que el BCE perdió contra del Reino Unido el año pasado.
Consternado por la cantidad de operaciones de compensación que tienen lugar en Londres, el BCE quiso que las operaciones estuvieran bajo la supervisión de las autoridades europeas transfiriéndolas a un país de la zona euro.
El ministro de Hacienda del Reino Unido, George Osborne, interpuso una demanda y la ganó, una victoria que reforzó el estatus de Londres como centro financiero de Europa.
La viabilidad de trasladar las operaciones de negociación y compensación fuera de Londres -el centro dominante en Europa de un mercado de derivados de 493 billones de dólares- es cuestionable. Los activos en euros también se liquidan en Estados Unidos y Suiza. Igualmente, el Eurex de Fráncfort liquida operaciones de activos en libras esterlinas.
La amenaza para limitar las operaciones de compensación en euros a la UE ya es una herramienta de negociación. Aunque las conversaciones formales para que el Reino Unido abandone la UE aún no han comenzado, la postura de la unión empieza a delinearse.
Merkel y Hollande han acordado una posición conjunta de que no puede haber acceso al mercado único sin la correspondiente libertad de movimiento de los trabajadores.
Y, la competencia por los tesoros de Londres ya ha comenzado.
“Es difícil imaginar que la negociación de derivados vaya a permanecer en Londres”, dijo Lothar Binding, un socialdemócrata de la comisión de finanzas del Parlamento alemán. “Si Hollande cree que, al reclamar este mercado para Europa, lo llevará a París, puede que se equivoque. Fráncfort tiene más posibilidades, dado el desarrollo de su infraestructura”.
Fuente: El financiero