Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó el jueves a los programas de diversidad promovidos por sus predecesores demócratas Barack Obama y Joe Biden de haber influido en el accidente aéreo en Washington, en el que murieron 67 personas.
«Les hablo esta mañana en una hora de angustia para nuestra nación», dijo Trump en la Casa Blanca. Se ha pasado «a una misión de recuperación» de cuerpos porque «tristemente no hay sobrevivientes», añadió.
Sesenta y cuatro personas viajaban a bordo del avión civil que chocó con un helicóptero del ejército, con tres militares a bordo, el miércoles por la noche sobre el río Potomac.
El republicano prometió una investigación exhaustiva para esclarecer las causas de lo ocurrido, pero arremetió duramente contra Obama y Biden, a quienes acusó de haber instalado estándares de seguridad bajos.
«Yo pongo la seguridad primero. Obama, Biden y los demócratas pusieron la política en primer lugar», dijo.
«De hecho salimos con una directiva: ‘demasiado blanco’. Y nosotros queremos a la gente que es competente», añadió el magnate, atacando a los programas de promoción de la diversidad en la administración y, más concretamente, en la Agencia Federal de Aviación (FAA).
Preguntado sobre si culpaba directamente a los controladores aéreos y a los programas de diversidad de la catástrofe, reconoció que «no lo sabía», pero que «podría ser».
«Increíblemente mala»
Afirmó no obstante que la trayectoria del helicóptero militar era «increíblemente mala».
Según un informe preliminar interno de seguridad de la Administración Federal de Aviación, citado por el New York Times, el número de personal de la torre de control aéreo del aeropuerto Ronald Reagan a esa hora «no era normal».
El exsecretario de Transporte de Estados Unidos Pete Buttigieg calificó de «despreciables» las palabras de Trump y le acusó de «despedir y suspender a parte del personal clave que ayudó a mantener» la seguridad, en referencia a su ola de despidos en la administración.
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Con 67 muertos es la peor catástrofe aérea en Estados Unidos desde que un avión de American Airlines se estrelló poco después de despegar del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York en noviembre del 2001.
Los buzos sacaron el jueves cadáveres de las aguas heladas del río Potomac, en Washington.
La Administración Federal de Aviación informó que el avión era un Bombardier operado por una subsidiaria de American Airlines. Según la aeronave, el aparato viajaba desde Wichita, Kansas, con destino al aeropuerto Ronald Reagan de la capital estadounidense.
FUENTE: EL ECONOMISTA