Este «camino celebrativo», ha dicho, busca «la renovación del tejido social y eclesial» de cara al 500 aniversario de la aparición de la Virgen María al indio Juan Diego
En la tarde de este lunes, 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, el Papa Francisco ha invitado a la Iglesia en América a participar «con verdadero espíritu guadalupano» en la Novena Intercontinental Guadalupana.
Se trata de nueve años de «camino celebrativo» que busca «la renovación del tejido social y eclesial» de los pueblos y comunidades de aquel continente de cara al 500 aniversario de la aparición de la Virgen María al indio Juan Diego, que se conmemora en 2031.
«Agradezcamos al Señor el inmenso cariño que nos ha demostrado al enviar a nuestro continente americano a su Madre Santísima», ha dicho Francisco en la Eucaristía que ha presidido esta tarde en la basílica de San Pedro.
«Ella vino para acompañar al pueblo americano en este camino tan duro de pobreza, explotación, colonialismos socioeconómicos y culturales. Ella está en medio de las caravanas que buscando libertad y bienestar caminan hacia el norte. Ella está en medio de ese pueblo americano amenazado en su identidad por un paganismo salvaje y explotador, herido por la predicación activa de un ateísmo práctico y pragmático».
«Nuestra madre mestiza»
En su homilía, el Papa se ha referido a la Virgen de Guadalupe como «nuestra madre mestiza», y ha expresado su preocupación por «las propuestas que quieren apropiarse del encuentro del pueblo con su madre, que quieren desmestizar, maquillar a la madre». «Por favor, no permitamos que el mensaje se destile en pautas mundanas e ideológicas», ha implorado.
Francisco ha recordado que hace casi cinco siglos, «en un momento complicado y difícil para los habitantes del nuevo mundo», el Señor envió a su Madre, para «transformar la conmoción que suscitó el encuentro entre dos mundos diversos en recuperación de sentido y de dignidad, en apertura al Evangelio».
«Así —ha dicho— llegó a las benditas tierras de América nuestra Señora de Guadalupe, presentándose como la «Madre del verdaderísimo Dios por quien se vive” (cf. Nican Mopohua), para consolar y atender las necesidades de los más pequeños, sin excluir a nadie, para arroparlos como madre solícita con su presencia, su amor y su consuelo».
«Sigue velando por nosotros»
La Eucaristía en San Pedro ha estado precedida por el rezo del Santo Rosario y ha contado con la participación de los coros de la Capilla Sixtina y de los Colegios Pío Latino-Americano y Mexicano. Francisco, el primer y hasta ahora unico pontífice americano de la historia, ha subrayado que hoy María sigue «velando por nosotros y manifestándonos su ternura maternal, consuelo y auxilio».
«Este año —ha constatado— celebramos Guadalupe en un momento difícil para la humanidad. Es un período amargo, repleto de fragores de guerra, crecientes injusticias, carestías, pobreza y sufrimiento. Y aunque este horizonte parezca sombrío, desconcertante, con presagios de mayor destrucción y desolación, el amor y la condescendencia divinas nos dicen que también este es un tiempo propicio de salvación, en el que el Señor, a través de la Virgen Madre mestiza, sigue dándonos a su Hijo, que nos llama a la fraternidad, a dejar de lado el egoísmo, la indiferencia y el antagonismo, invitándonos a hacernos cargo «sin demora» los unos de los otros, e ir al encuentro de los hermanos y hermanas olvidados y descartados por nuestras sociedades consumistas y apáticas».
Novena Intercontinental Guadalupana
La Novena Intercontinental Guadalupana fue presentada el pasado día 7 por el arzobispo de Ciudad de México, cardenal Carlos Aguiar; el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia Episcopal, Rogelio Cabrera; y el rector de la basílica de Guadalupe, Salvador Martínez Ávila. Los responsables religiosos dijeron que la iniciativa busca que «una profundización y una verdadera toma de conciencia para retomar el sentido providencial de la presencia de la Virgen entre nosotros».
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La Virgen de Guadalupe es, probablemente, la advocación mariana más venerada en el mundo. Unos 11 millones de personas peregrinan durante estos días hasta su basílica en el cerro Tepeyac, en Ciudad de México. Miles de peregrinos esperaban en sus inmediaciones al amanecer del día de hoy para cantarle «Las Mañanitas».