La Comisión Europea ha impuesto una multa de 366 millones de dólares a la empresa alimentaria Mondelez, propietaria de las galletas Oreo y otras marcas de golosinas, por obstaculizar las ventas de sus productos entre estados miembros, según anunció el jueves el ejecutivo de la Unión Europea.
Mondelez es propietaria de las marcas de chocolatinas Cadbury y Toblerone, así como de las galletas Oreo y Chips Ahoy, las galletas saladas Triscuit y las barritas Perfect Snacks.
La Comisión dijo que Mondelez intentó evitar el comercio transfronterizo porque eso podría bajar los precios. Añadió que perjudicó a los consumidores, que terminaron pagando más por el chocolate, las galletas y el café.
«Estas prácticas ilegales permitieron a Mondelez seguir cobrando más por sus productos, en detrimento último de los consumidores en la UE», indicó.
La firma de dulces y aperitivos, con sede en Chicago, incumplió las normas de competencia de la UE al «participar en acuerdos anticompetitivos o prácticas concertadas dirigidas a restringir el comercio transfronterizo de varios productos de chocolate, galletas y café», dijo la Comisión. «Y al abusar de su posición de dominio en algunos mercados nacionales por la venta de tabletas de chocolate».
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, dijo que el caso giraba en torno al precio de productos alimentarios, una fuente de especial preocupación para los europeos en una época de alta inflación.
«También se trata del corazón del proyecto europeo: la libre circulación de mercancías en el mercado único», añadió Vestager.
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Según el ejecutivo de la UE, la empresa tenía 22 prácticas concertadas o acuerdos anticompetitivos.
Según la UE, un acuerdo incluía una cláusula que ordenaba a los clientes de Mondelez que impusieran precios más altos a las exportaciones que a las ventas internas. La Comisión añadió que Mondelez impidió que diez distribuidores exclusivos afincados en el bloque de 27 países respondieran a peticiones de ventas de clientes en otros países del bloque sin autorización previa de la compañía.
Fuente: Proceso