No hay tregua. Los incendios forestales en Rusia siguen devorando todo lo que se encuentran a su paso. Si el balance de los últimos días superaba el millón de hectáreas calcinadas, varios medios locales elevan este domingo la cifra por encima de 1,5 millones de hectáreas como consecuencia de los más de 300 focos activos. La mayoría de ellos en Yakutia, en el Lejano Oriente.
La agencia EFE ha informado que el humo ha cubierto 51 localidades de Yakutia, incluida la capital, donde las autoridades han suspendido las operaciones del aeropuerto local y restringido la navegación por el río Lena.
Según la oficina regional del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, solo en Yakutia hay 187 incendios forestales activos. En las últimas 24 horas el número de focos ha aumentado en 10 y la superficie afectada en más de 100.000 hectáreas.
El alcalde, Evgeny Grigoriev, ha realizado una alocución para instar a la población a quedarse en casa y no abrir las ventanas mientras la región lucha contra una crisis sin precedentes que el Kremlin atribuye al cambio climático. «Aconsejo a los gerentes de negocios de la ciudad que consideren relevar del trabajo a los ancianos y las personas con enfermedades respiratorias crónicas hasta que estabilicemos juntos los incendios forestales», ha añadido
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Los incendios arrasan los bosques rusos cada año, pero se han vuelto más intensos en las últimas temporadas en medio de temperaturas inusualmente altas en la tundra del norte de Siberia.
Unos 6.000 bomberos, 1.000 vehículos y 41 aviones combaten los focos, y 75 aeronaves monitorean los incendios forestales.
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Hay alertas por incendios en 60 regiones rusas y una emergencia declarada en ocho entidades federadas.
Se trata de Cheliábinsk, en los Urales; de Sajá-Yakutia; Karelia (noroeste); Perm, en la parte europea; de Krasnoyarsk y de Irkutsk, en Siberia; de Chukotka; y Kamchatka.