El ex presidente de Cuba murió ayer a los 90 años; estuvo más de seis décadas en primera línea de la actualidad política y pronunció cientos de frases recordadas
De sus 90 años, pasó unas seis décadas en la primera línea de la política, 49 años al frente del gobierno de Cuba, hasta 2008. Cientos de discursos, miles de frases. Fidel Castro Ruz murió anoche en La Habana y con él expresión emblemática de un época. A continuación, frases de Castro que han dejado huella.
«Sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa. La historia me absolverá». 1953, alegato de autodefensa después del frustrado asalto al Cuartel Moncada.
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«Si salimos, llegamos; si llegamos, entramos; si entramos, triunfamos». 1956, México, antes de zarpar en el Granma hacia Cuba.
«No he sido nunca ni soy comunista, si lo fuese tendría valor suficiente para proclamarlo». 1958.
«No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil». 1959, entrada triunfal a La Habana.
«¡Patria o Muerte!» 1960. Primera vez que pronuncia la consigna, en un acto de duelo por las víctimas de la explosión del barco La Coubre, en La Habana.
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«Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada». 1961.
«Si lo que pretenden los imperialistas para que haya paz es que dejemos de ser revolucionarios, no dejaremos de ser revolucionarios, no doblegaremos jamás nuestra bandera». 1963, tras la crisis de los misiles.
«Los hombres mueren, el partido es inmortal». Frase acuñada en 1973 en el cierre de su discurso por el 26 de julio, en Santiago de Cuba, con motivo del 20 aniversario del ataque al cuartel Moncada. La repetiría en otras situaciones, incluso con variaciones. Por ejemplo: «Los hombres pasan, los pueblos quedan; los hombres pasan, las ideas quedan».
En 1979, antes de viajar a Naciones Unidas, un periodista le preguntó a Fidel Castro por un rumor de que «siempre está protegido por su traje», sugiriendo que vestía un chaleco antibalas. «No, voy a desembarcar así en Nueva York. Tengo un chaleco moral que es fuerte. Ese me ha protegido siempre», dijo.
«El que necesita las armas es el imperialismo, porque está huérfano de ideas (…). Las ideas no necesitan de las armas en la medida en que sean capaces de conquistar a las grandes masas. La contradicción entre socialismo y capitalismo nadie puede pensar en resolverla por la fuerza, hay que estar loco para pensar en eso». Del discurso de clausura del Encuentro sobre la Deuda Externa de América Latina y el Caribe, en La Habana, el 3 de agosto de 1985.
«Hemos cometido errores y debemos rectificar a partir de nuestros errores». 1988.
«Si mañana o cualquier día (.) nos despertáramos con la noticia de que la URSS se desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, aun en esas circunstancias Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo». 1989.
«Jamás me jubilaré de la política, de la revolución o de las ideas que tengo. El poder es una esclavitud y soy su esclavo». 1991.
«Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: Salve, César, los que van a morir te saludan. Sólo lamento que no podría siquiera verle la cara, porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria». En la proclama en la Tribuna Antimperialista, en La Habana, el 14 de mayo de 2004, al concluir una multitudinaria manifestación contra la política de la administración estadounidense de George W. Bush.
«He cometido errores, pero ninguno estratégico, simplemente táctico. No tengo ni un átomo de arrepentimiento de lo que hemos hecho en nuestro país», le dijo Castro al periodista español Ignacio Ramonet, según consta en su obra Cien Horas con Fidel,publicada en 2006.
«El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros». 2010.
«Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida». Así cerró su intervención en la clausura del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, el 19 de abril de 2016. Ese día dijo que quizás era «de las últimas veces» que hablaba en esa sala, el Palacio de Convenciones de La Habana.
Fuente: La nación