El director de la OMS, Thedros Adhanom Ghebreyesus, llamó a las naciones más ricas a donar al menos 10 millones de vacunas contra COVID-19 a su agencia de salud, que tiene como objetivo distribuirlas entre todos los países restantes durante los primeros 100 días del 2021.
El líder del organismo dijo que su mecanismo de suministro solidario de las vacunas, COVAX, enfrenta retrasos considerables en su meta de vacunar a todos los países, mientras que unas 20 naciones siguen esperando las primeras dosis del programa.
«COVAX está listo para entregar, pero no podemos entregar las vacunas que no tenemos», dijo Tedros durante una conferencia de prensa virtual desde la sede de la OMS en Ginebra.
«Los acuerdos bilaterales, las prohibiciones de exportación y el nacionalismo de las vacunas han causado distorsiones en el mercado con grandes desigualdades en la oferta y la demanda», dijo Tedros. «Diez millones de dosis no es mucho y no es suficiente».
Pide aumentar producción de vacunas
Tedros dijo que está pidiendo a los fabricantes que incrementen la producción para que las dosis adicionales sean entregadas a los países con menores ingresos que sus principales clientes. Agregó que los acuerdos privados con las naciones ricas significan que hay menos vacunas para los más pobres, y advirtió que COVAX necesitará cientos de millones de vacunas más en los próximos meses.
El programa de la OMS busca beneficiar a al menos el 20 % de la población con vacunas contra COVID-19 seguras y eficientes. La idea del organismo sanitario es entregar las dosis tan pronto estén disponibles para terminar con la fase aguda de la pandemia y comenzar la reconstrucción de las economías.
Durante una reunión en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, al menos 181 países firmaron una declaración política que pide que las vacunas COVID-19 tengan el estatus de bien público global, asegurando un acceso asequible, equitativo y justo a las vacunas para todo el mundo. La declaración hacía un llamado a “trabajar juntos con un sentido más profundo de colaboración” para alcanzar el final de la crisis.
Faltan dosis acabar con la pandemia
En la misma conferencia de prensa, la directora del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Maria Van Kerkhove dijo que aunque muchos países están lanzando sus propias candidatas a vacunas, “no tenemos suficientes vacunas para cambiar el curso de la pandemia” y pidió que estas se usen “con inteligencia”.
Van Kerkhove dijo que los casos mundiales de COVID-19 aumentaron en un 15 % en las últimas semanas, con experiencias en países como Chile que presentan alzas significativas en los contagios y hospitalizaciones a pesar de ser uno de los países con la campaña de vacunación más avanzadas.
La funcionaria instó a la población a no abandonar las medidas sanitarias ya conocidas como el distanciamiento social, el lavado de manos regular y otras medidas. Advirtió que a menos que las vacunas sean distribuidas en todo el mundo, las nuevas variantes del virus pueden seguir surgiendo y la pandemia no se detendrá.
Recientemente, el director de la OMS para la región de Europa, Hans Henri P. Kluge, llamó a no levantar las medidas como cierres nacionales y toques de queda en medio de la campaña de vacunación hasta que los beneficios de las vacunas sean visibles. Afirmó que por sí mismas las vacunas no reemplazan a la salud pública y pidió firmeza en la aplicación de las herramientas para responder al virus.
Piden vacunas para frenar variantes de COVID-19
Múltiples voces científicas y autoridades sanitarias en varios países han advertido la importancia de producir vacunas para inocular a la mayoría de la población contra COVID-19 y así evitar que el coronavirus siga mutando en variaciones cada vez más peligrosas y que podrían empeorar la actual crisis en varios países.
Al respecto, Tedros dijo que como más transmisiones significan el surgimiento de más variantes, el desequilibrio en las dosis solo brinda ““una falsa sensación de seguridad” ya que “cuantas más variantes surjan, más probabilidades hay de que eludan las vacunas”.
El jefe de la OMS mencionó sus conversaciones con el fabricante AstraZeneca que es “la única compañía que se ha comprometido a no obtener ganancias de su vacuna COVID-19 durante la pandemia”, y pidió que más productores de vacunas siguiera su ejemplo “y otorguen las licencias de su tecnología a otras compañías” para acelerar las campañas de inoculación.
La inequidad (que todos esperaban) en las vacunas
La semana pasada, el propio jefe de la OMS criticó a los países que han acaparado las vacunas y recordó que la inequidad en la distribución y acceso mundial a ellas es un “fracaso” para los proyectos de salud pública en todos los países.
«En enero, dije que el mundo estaba al borde de un catastrófico fracaso moral a menos que se tomaran medidas urgentes para garantizar la distribución equitativa de las vacunas», dijo Tedros. Dijo que si bien ya están disponibles los medios para evitar el fracaso y la OMS se esfuerza para hallar una solución, “es impactante lo poco que se ha hecho para evitarlo».
Agregó que esta desigualdad en el suministro es un “atropello moral” y afecta económica y epidemiológicamente” a los países que han privilegiado la vacunación de su población más joven y de bajo riesgo ignorando la situación del personal de salud, personas mayores y demás grupos vulnerables en países económicamente menos favorecidos.
¿Está funcionando la vacunación?
Hasta la fecha en que se escribe este artículo, las autoridades sanitarias del mundo han reportado la aplicación de más de 510 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus, mientras que la Universidad Johns Hopkins reporta un total de 125.9 millones de infecciones por COVID-19 de forma global.
A más de tres meses de que Estados Unidos y Reino Unido aprobaron las primeras vacunas, los datos sólidos presentados por estudios científicos en varias partes del mundo indican que las vacunas están teniendo un efecto positivo en la protección contra el virus.
Un estudio publicado en febrero por científicos de Israel y Estados Unidos concluyó que la vacuna de Pfizer/BioNtech fue muy eficaz para proteger contra la infección por COVID-19, reduciendo las posibilidades de que las personas se enfermen, especialmente de forma grave, y también propició una disminución en las tasas de hospitalización.
Otro estudio publicado en febrero en la revista The Lancet, funcionarios de salud en Escocia informaron que la vacunación con las fórmulas de Pfizer/BioNTech y de AstraZeneca estaban reduciendo las tasas de hospitalización por coronavirus en ese país. El estudio sugería que una sola dosis de la vacuna tenía una efectividad del 85 % al 94 % para reducir las hospitalizaciones a poco más de un mes de la primera inyección.
Próximos retos de la vacunación
Las vacunas están dejando los resultados esperados, pero lo más importante será ver por cuánto tiempo seremos capaces de obtener una protección o inmunidad efectiva contra el virus. Los primeros datos verdaderamente informativos, en ese sentido, no podrán conocerse hasta dentro de tres o seis meses, dijo a la revista Time Marc Lipsitch, epidemiólogo de Harvard.
La aparición de las variantes en Brasil, Reino Unido, Sudáfrica y Estados Unidos que son más contagiosas que la primera cepa de coronavirus también es un desafío para la inoculación global, según los expertos.
Hasta ahora, los estudios han demostrado que las vacunas disponibles son capaces de combatir estas variantes, pero se ha observado una reducción de hasta dos tercios en la protección de la vacuna Pfizer-BioNTech y los anticuerpos neutralizantes de Moderna se redujeron seis veces con la variante de Sudáfrica.
Mientras la OMS se esfuerza por obtener las vacunas que el mundo necesita, la labor de la sociedad será clave tanto para el rendimiento de las dosis como para impedir que se generen variantes más poderosas de COVID-19. El camino parece libre a cualquier posibilidad, pero salir de esta crisis parece depender de nuestro propio cuidado y el de los demás.
FUENTE: La Verdad