La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se vio obligada este viernes a suspender la entrega de alimentos y otros artículos de primera necesidad en Gaza.
Alertaron sobre la posibilidad de que se genere a una hambruna general luego de la interrupción de los servicios de telefonía e internet en el asediado enclave debido a falta de combustible.
Israel anunció que permitirá el ingreso de dos camiones cisterna con este recurso a Gaza para la ONU los sistemas de comunicaciones.

La cantidad es la mitad de lo que las Naciones Unidad indicaron que necesita con el objetivo de llevar a cabo funciones vitales para cientos de miles de personas en esa nación.
Incluido el suministro de combustible a los sistemas de agua, hospitales y panaderías, y para sus camiones de entrega de ayuda.
El gobierno israelí ha prohibido la entrada de combustible desde que inició el conflicto bélico, argumentando que Hamás lo desviaría para fines militares.
Además ha bloqueado el ingreso de alimentos, agua y otros suministros.
Con excepción de una pequeña ayuda procedente de Egipto que de acuerdo con trabajadores humanitarios, está muy por debajo de lo que se necesita.
El apagón de las comunicaciones, ahora en su segundo día, impide en gran medida que los 2.3 millones de habitantes de Gaza se comuniquen entre sí y con el mundo exterior.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) no pudo llegar con su convoy de ayuda este día debido a este corte en la comunicación y se anticipa que no podrá hacerlo mientras este siga, mencionó la portavoz Juliette Touma.
«Un apagón prolongado significa la suspensión prolongada de nuestras operaciones humanitarias en la Franja de Gaza», señaló la funcionaria a AP.
Las fuerzas israelíes han indicado que podrían incrementar su ofensiva hacia el sur de Gaza, incluso mientras continúan sus operaciones en el norte.
Los soldados han estado registrando el hospital Shifa, el más grande del territorio, en busca de rastros de un centro de mando de Hamás.
Que, según los militares estaría ubicado debajo de las instalaciones, una afirmación que ha sido rechazada por el grupo islamista y el personal del centro de salud.
La guerra, ahora en su sexta semana, fue desencadenada por el ataque de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel, cuando los milicianos mataron a más de 1,200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unos 240 hombres, mujeres y niños.
Más de 11, 400 palestinos han muerto en la guerra, dos tercios de ellos mujeres y menores, de acuerdo con las autoridades sanitarias palestinas.
Otras 2,700 personas han sido reportadas como desaparecidas y se cree que están enterradas bajo los escombros.
El recuento no diferencia entre civiles y militares, e Israel dice que ha matado a miles de combatientes.
Con información de AP.