Berlín rechaza la petición y argumenta que Varsovia renunció a cualquier compensación en 1953
Coincidiendo con el 83º aniversario del inicio de la invasión alemana de Polonia, en el arranque de la II Guerra Mundial, el Gobierno ultraconservador y nacionalista de Varsovia ha reabierto la herida con Alemania al exigirle una elevada compensación por las pérdidas que el conflicto generó al país, y que estima en 1,3 billones de euros, aproximadamente el doble de su PIB.
Berlín argumenta, sin embargo, que el asunto de las reparaciones de guerra quedó zanjado hace décadas. Algunos analistas y la oposición critican que el partido gobernante, Ley y Justicia (PiS), busca azuzar el sentimiento antialemán de parte de sus votantes como estrategia de distracción en un momento en el que pierde popularidad, acosado por la inflación y el precio de la energía a un año de las elecciones.
“Muchos países recibieron compensaciones de Alemania, pero Polonia no… Los alemanes nunca han pagado por sus crímenes contra Polonia”, ha afirmado este jueves Jaroslaw Kaczynski, el líder del PiS, durante la presentación oficial del informe que cuantifica la destrucción del país. “Las víctimas de la agresión alemana exigen justicia”, ha añadido el primer ministro, Mateusz Morawiecki. “No se trata solo de cerrar cuentas con el pasado, sino de compensar la paralización del futuro de Polonia”.
El Ejecutivo polaco ya había verbalizado esta reclamación en el pasado, pero nunca la había cuantificado con una cifra tan elevada.
“La posición del Gobierno alemán no ha cambiado; la cuestión de las reparaciones está zanjada”, ha declarado un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán a Reuters. “Polonia renunció a las reparaciones hace mucho tiempo, en 1953, y ha confirmado esa renuncia en múltiples ocasiones. Este es uno de los cimientos del orden europeo actual. Alemania mantiene su responsabilidad política y moral por la Segunda Guerra Mundial”, ha añadido.
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El Gobierno polaco comunista de entonces renunció a cualquier compensación bajo presión de la Unión Soviética, que quería liberar a Alemania del Este de las obligaciones derivadas de su participación en la guerra. La última vez que Polonia rehusó las reparaciones fue en 2004, y no hay bases legales para exigirlas ahora, según expertos consultados por Gazeta Wyborcza.
El PiS mantiene una relación tirante con Alemania, tensada en los últimos tiempos por la respuesta germana a la guerra en Ucrania. Hasta ahora nunca ha formalizado sus exigencias, pero Kaczynski ha asegurado este jueves que están dispuestos a entablar una negociación con su vecino occidental.
Una comisión parlamentaria y un instituto creado expresamente para cuantificar las pérdidas generadas por la guerra, ambos presididos por un diputado del PiS, llevan trabajando desde 2017 en este asunto. Para llegar a la cifra de 1,3 millones, que Kaczynski cree que es “conservadora”, Polonia tiene en cuenta el asesinato de 5,2 millones de polacos (más de la mitad de ellos, judíos) a manos de los nazis, 196.000 niños arrebatados de sus familias y enviados a Alemania, y una caída de población de 11,4 millones.
Añade además los daños materiales como la destrucción del 80% de Varsovia y de miles de pueblos y aldeas. Más las fábricas, escuelas y monumentos que quedaron reducidos a polvo. Y el saqueo de las arcas del Estado y de los ciudadanos. Una suma de pérdidas demográficas, económicas, de infraestructuras y de posibilidades de avances en la ciencia, educación y la cultura. “Polonia hoy sería muy diferente en términos de desarrollo comparado con otros países”, argumenta el informe presentado este jueves.
Al conocer estas demandas, el líder del principal partido de la oposición, Donald Tusk (Plataforma Cívica), ha afirmado este jueves que el anuncio de Kaczynski “no es sobre reparaciones”. “Se trata de una campaña política interna para reconstruir el apoyo al partido gobernante”, ha señalado el también expresidente del Partido Popular Europeo.
Aunque el PiS sigue liderando las encuestas en Polonia, ha caído en intención de voto lastrado por la inflación, por encima del 15%, y el precio de la energía. A los problemas económicos se suma que el alivio que esperaba recibir cuando la Comisión Europea dio luz verde en junio a los fondos de recuperación por la pandemia, 35.400 millones de euros entre subvenciones y préstamos, no termina de llegar. La Comisión espera a que Polonia cumpla con los hitos comprometidos para deshacer la reforma de la justicia polaca antes de enviar ningún pago, mientras los jueces europeos han llevado al Ejecutivo europeo a los tribunales por aprobar el plan de recuperación, porque consideran que Polonia sigue sin garantizar la independencia judicial.
En este clima complicado para el Gobierno en un año preelectoral, con un invierno que se avecina intenso, Jacek Kucharczyk, presidente del think tank Institute of Public Affairs, cree que el PiS “ha salido con esta cifra ridícula” para distraer la atención pública del hecho de que “se niega a dar marcha atrás en la reforma judicial”, lo que le puede costar los millones de la UE. Aunque el Gobierno está elevando el tono ante Bruselas —Morawiecki acusó esta semana a la Comisión de sancionar a Polonia igual que a Rusia— “es más fácil atacar a Alemania que a Europa”, señala Kucharczyk, en un país donde más del 80% de los ciudadanos se declaran europeístas. De paso, añade, le sirve para profundizar en la narrativa de que “la oposición está a sueldo de Alemania”.
La retórica antialemana del Gobierno polaco viene de lejos, pero le sirve solo en su caladero de votos, asegura Kucharczyk, según las encuestas de su instituto. Ben Stanley, profesor en el Centro para el Estudio de la Democracia de la Universidad SWPS de Varsovia, coincide en que recurrir a asuntos relacionados con la historia y la cultura, mezclándolos con sentimientos antialemanes, le puede funcionar solo entre sus votantes. “Es cínico”, opina el experto, porque “saben cuál será la respuesta alemana” y lanzan una cifra “exorbitante” que saben que es “extremadamente improbable” conseguir.
“Lo han anunciado en la televisión y seguramente eso sea todo. Les encanta hacer esto”, asegura Kucharczyk. Su pronóstico es que el PiS seguirá hablando sobre la cuestión de las reparaciones alemanas una y otra vez durante la campaña electoral. Así, sostiene, construye su “realidad paralela a través de la propaganda”.
Fuente: El País