Redacción Macronews.- En una reunión celebrada el lunes 7 de julio en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, abordaron la posibilidad de una tregua de 60 días en Gaza, en medio de negociaciones indirectas con Hamás en Doha, Qatar. Aunque ambos líderes evitaron confirmar avances concretos sobre el alto el fuego, sí reiteraron su interés en reubicar a los gazatíes fuera del enclave palestino, una propuesta que ha sido duramente criticada por organizaciones internacionales y países árabes vecinos.
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Netanyahu afirmó que están “cerca de encontrar varios países” dispuestos a recibir a palestinos que deseen abandonar Gaza, mientras que Trump destacó la “gran cooperación de los países vecinos” para facilitar este proceso. “Si la gente quiere quedarse, puede quedarse, pero si quiere irse, debería poder irse”, declaró el primer ministro israelí, en lo que muchos analistas interpretan como una forma encubierta de desplazamiento forzado.
La reunión se produce en un contexto de crisis humanitaria extrema, con más de 57,000 muertes en Gaza desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresa contra el sur de Israel que dejó 1,200 muertos y 251 secuestrados. En respuesta, Israel emprendió una ofensiva militar a gran escala que ha devastado el enclave costero, provocando desplazamientos masivos y el colapso de servicios básicos.
Durante la cena oficial en la Casa Blanca, Netanyahu entregó a Trump una carta de nominación al Premio Nobel de la Paz, elogiando sus esfuerzos diplomáticos en Medio Oriente. Trump, sorprendido por el gesto, agradeció la distinción y reafirmó su intención de supervisar personalmente la implementación del acuerdo de tregua, mientras que su enviado especial, Steve Witkoff, lidera las negociaciones en Doha.
La propuesta estadounidense contempla:
- Una tregua de 60 días.
- La liberación de 10 rehenes vivos y la entrega de 18 cuerpos por parte de Hamás.
- La liberación de prisioneros palestinos por parte de Israel.
- La apertura de pasos fronterizos como el cruce de Rafah para el ingreso de ayuda humanitaria.
- La retirada paulatina de tropas israelíes del norte y sur de Gaza.
Sin embargo, Hamás ha solicitado enmiendas al borrador original, lo que ha generado fricciones. Netanyahu calificó estas modificaciones como “inaceptables”, aunque decidió mantener a su delegación en Doha. Por su parte, el Gobierno estadounidense instó a Hamás a aceptar la propuesta “ya mismo”, subrayando que el regreso de los rehenes es una prioridad.
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En Israel, la presión interna también va en aumento. Miles de ciudadanos se manifestaron en Tel Aviv para exigir un acuerdo inmediato que garantice el regreso de los rehenes y ponga fin a los combates. Mientras tanto, dentro del gabinete israelí persisten divisiones: sectores duros rechazan cualquier alto el fuego que no implique la eliminación total de Hamás, mientras que figuras como el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, respaldan la tregua como paso estratégico.
La propuesta de reubicar a los gazatíes ha sido calificada por defensores de derechos humanos como una forma de limpieza étnica, y se teme que imposibilite la creación de un Estado palestino independiente. Aunque Trump evitó pronunciarse sobre la solución de dos Estados, Netanyahu reiteró que Israel debe mantener el control de la seguridad en los territorios palestinos.
La tregua propuesta representa la tercera tentativa de alto el fuego desde el inicio del conflicto. Las anteriores, en noviembre de 2023 y entre enero y marzo de 2024, fracasaron por desacuerdos en la implementación y la reanudación de hostilidades. La comunidad internacional observa con cautela los avances en Doha, conscientes de que cualquier acuerdo podría marcar un punto de inflexión en uno de los conflictos más prolongados y sangrientos del siglo XXI.