RALPH FIENNES, ACTOR DE 62 AÑOS, ACTOR BRITÁNICO PRESENTÓ THE RETURN, UNA ADAPTACIÓN DE LA ODISEA QUE LO LLEVÓ A EXPLORAR SU LADO MÁS FÍSICO Y EMOCIONAL
Ralph Fiennes (Ipswich, Reino Unido, 1962) es uno de los mejores intérpretes de su generación. Así lo ha demostrado en películas como La lista de Schindler, El paciente inglés o la más reciente Cónclave, por las que ha sido nominado a un Oscar que todavía se le resiste. También es conocido por el gran público por su participación en la saga de Harry Potter o James Bond. Ayer recogió el premio de honor que le otorga el BCN Film Fest y presentó The return, la nueva adaptación del clásico La odisea de Homero, donde encarna a un musculoso Ulises que regresa a Ítaca a las órdenes del cineasta italiano Uberto Pasolini. En persona, Fiennes tiene una presencia tan enigmática como reservada.
¿Cómo se siente al ser reconocido con el premio honorífico del festival y qué le parece Barcelona?
Recibir el premio ha sido un gran honor. Estoy muy agradecido y es algo que siento profundamente. Estoy muy contento de estar aquí. Ya estuve hace muchísimos años y me encantó. Tenía ganas de volver. Lamentablemente, no tengo mucho tiempo, pero quiero visitar la Sagrada Familia, que creo que es un edificio extraordinario.
Hace muchos años que no venía a Barcelona y estoy muy contento de estar aquí
Tuvo que entrenar muy duro para lograr el cuerpo de Ulises, ¿todavía sigue la misma rutina?
La mantengo, sí, pero no con la misma intensidad. No me permitían beber nada, ¿sabes? Y a mi me encanta tomar una copa de vino por la noche. Mi entrenador era tajante. Fue difícil, pero tenía un objetivo y lo disfruté durante los cinco meses de preparación porque me puse en forma y seguí una dieta saludable.

Ralph Fiennes posa en un céntrico hotel de Barcelona
¿Lo vio como un desafío aparecer desnudo?
Para nada. La desnudez es humana, ¿no?. Estuvo bien.
¿Por qué quiso interpretar a Ulises y cómo se acercó a nivel emocional a un hombre que ha sufrido tanto?
Bueno, a los actores se nos pide que interpretemos experiencias que no tenemos. Así que tenemos que pasar por todo tipo de ejercicios de imaginación bastante rigurosos para llegar a ese punto o encontrar esa parte de nosotros que podría ser esa persona. Y es difícil expresarlo con palabras. Acabo de interpretar a Macbeth, pero no he matado a nadie. Así que tengo que imaginar, tengo que profundizar mucho en lo que significa ser capaz de hacer eso. Y ese es precisamente el trabajo. Siempre he pensado que actuar se trata esencialmente de un nivel muy, muy profundo de conexión imaginativa. Y tienes que ahondar en las emociones de tu pasado. Ulises estuvo en la guerra. Creo que todo el mundo lee sobre cometer actos de violencia y es algo que claramente está en nosotros, tenemos el potencial para saber cómo es. Así que, si interpreto a ese tipo de persona, tengo que preguntarme: ¿dónde está la parte de mí que podría hacer eso? Puede ser bastante aterrador porque tienes que ir a lugares muy oscuros.
Como actor muchas veces puede ser bastante aterrador hacer según qué personajes porque tienes que ir a lugares muy oscuros
The Return es un proyecto en el que ha estado involucrado durante mucho tiempo, desde que hizo Coriolano en 2011. ¿Tiene algún significado especial ahora, justo cuando también Christopher Nolan está haciendo su propia película sobre la Odisea?
Sí, creo que los clásicos, como óperas u obras de teatro escritas hace muchos años, siglos, siguen siendo relevantes. Y pienso sobre todo en Shakespeare, obviamente. Coriolano es una obra de los siglos XVI y XVII sobre acontecimientos que sucedieron en Roma, la antigua Roma, según lo relatado por Plutarco. Y siempre me pareció relevante: el líder autoritario, posiblemente fascista. La gente infeliz, la gente enojada que pasa hambre, se muere de hambre y se siente privada de sus derechos. Esos temas los sentí cuando lo representé en escena. Sentí que tenía que revisitarlo, porque trata sobre el mundo actual. E incluso mientras lo representaba, hubo manifestaciones en El Cairo, disturbios en Atenas, en Francia… y recientemente en Bielorrusia. El poder de Lukashenko fue cuestionado, creo que hace unos tres o cuatro años, y luego regresó. Y sí, esta es la interpretación de Uberto: hay un hombre que regresa de la guerra, y creo que una escena clave es la escena con Juliette Binoche, que interpreta a Penélope, donde ella le pregunta por qué los hombres van a la guerra. Parece un gran grito desde el corazón. En esa escena, pienso en mujeres de Shakespeare que experimentan una agonía profunda, expresan una enorme y profunda frustración por la pérdida y angustia por el comportamiento masculino. Hubo una nueva traducción de La Odisea, de Emily Wilson, que salió en inglés. Es un éxito de ventas. Creo que la gente quiere conectar porque debemos sentir que hay algo de nosotros mismos que vemos en estos textos antiguos.

El actor en el papel de Ulises
¿Cómo ha sido volver a trabajar con Juliette Binoche casi 30 años después de El paciente inglés? ¿Y con Ángela Molina?
Fantástico. A Juliette la conozco desde hace muchos años y somos buenos amigos. Creo que es una artista estupenda. Siempre me inspira con su enfoque en el trabajo. Es muy sabia y divertida. Ángela se ha convertido en una nueva amiga. He visto su trabajo en cine y me encantó trabajar a su lado. Y curiosamente, ambas muestran diferentes aspectos de la mujer en la película. Mientras Penélope dice: ‘¿Por qué haces esto?’, el personaje de la nodriza de Ángela siente que la violencia es necesaria para restaurar el orden. Creo que estas son grandes cuestiones humanas. Todos podemos sentir la ira. Debemos luchar. Y luego luchar conduce al horror. Así que creo que la película plantea preguntas, no respuestas. Hoy en día, hay mujeres en Ucrania que esconden a sus hijos y a sus maridos de la guerra. Pero hay otras madres y esposas que creen que tienen que luchar. ¿Cuál es la respuesta correcta? No estamos en condiciones de decirlo. Y la complejidad de la experiencia humana es lo realmente interesante. No se trata de tener respuestas, sino de plantear las preguntas y, a través de ellas, intentar comprendernos mejor a nosotros mismos.
Juliette Binoche siempre me inspira con su enfoque en el trabajo. Es muy sabia y divertida. Ángela Molina se ha convertido en una nueva amiga
En La lista de Schindler encarnó en 1993 a Amon Göth, uno de los grandes villanos de la historia del cine. ¿Cómo ha cambiado su visión del fascismo y la extrema derecha a lo largo de todos estos años?
El auge de la extrema derecha es un horror para mí. La gente busca soluciones inflexibles a menudo desde una profunda frustración y una profunda sensación de infelicidad social o privación de derechos. Buscan una historia muy clara de un líder que diga: ‘Ese es el enemigo, yo soy quien debe solucionarlo y lo haremos’. Y se les presenta un lenguaje que puede ser muy atractivo. Se basa en una especie de violencia, odio y el derecho a odiar. Ese es el lenguaje peligroso en el que se basa el fascismo, que no ha desaparecido y que ahora se está explotando. No soy historiador, no lo sé, pero veo, creo que podemos ver una derecha autoritaria peligrosa. Movimientos fascistas y nacionalistas. Lo vemos en Turquía, en Hungría y, lamentablemente, lo vemos en esencia en gran parte del lenguaje del gobierno de Trump.

Fiennes posa cariñoso con Ángela Molina, que tiene un papel secundario en la película
¿Qué siente ante el nuevo cónclave que está a punto de comenzar después de haber protagonizado la película de Edward Berger, que habla justamente del proceso para elegir un nuevo Papa? ¿Le gustaría estar allí y poder espiar a los cardenales?
Claro, claro. Sí que me gustaría. Ahora, tras haber hecho la película, me resulta muy interesante. Cuando murió el Papa, lamentablemente, los artículos periodísticos que presentaban una lista de los diferentes contendientes fueron interesantes. La película presentó quizás cinco o seis. Hay cardenales africanos, conservadores, conservadores italianos, liberales italianos, y un cardenal liberal, creo, de Filipinas. Así que voy conectando las ideas de los cardenales reales con los de la película. Siento mucha curiosidad por saber lo que se va a cocer allí.
Me gustaría espiar a los cardenales en el próximo cónclave. Siento mucha curiosidad desde que hice la película ‘Conclave’
Hace tiempo que no dirige ninguna película pero va dirigir próximamente una ópera en París. ¿Qué puede decir de este proyecto?
Se trata de Eugene Onegin, la célebre obra de Chaikovski inspirada en la novela homónima de Alexander Pushkin. Me invitó principalmente Semión Bychkov, un director de orquesta ruso residente en Francia, al que conozco un poco. Me llamó de repente y me dijo que quería hacer una nueva producción en la Ópera de París. Me sorprendió muchísimo, pero pensé que era una oportunidad increíble y que conocía la obra porque la filmé con mi hermana Martha. Llevo 25 años en el mundo de Eugene Onegin. Nunca he dirigido una ópera, pero tengo mucha suerte. Tengo un equipo increíble: diseñador de vestuario, coreógrafos y un asistente maravilloso. Llevo tres años preparándola. Empezamos a ensayar en diciembre con cantantes increíbles.
Este año también estrenará 28 años después, dirigida por Danny Boyle. ¿Qué puede decir de ella? Las películas de infectados o zombis también tienen un significado político…
No puedo decir mucho, la verdad. Es una película protagonizada por un chico y es una especie de odisea para él. Sobrevive en un entorno de amenazas y horror con su madre. Creo que Danny aborda aspectos fundamentales de la lealtad y el amor de un hijo por su madre. Hay mucho amor en el centro de la película entre madre e hijo. El deber de proteger a la madre, de cuidar. Hay todo tipo de cuestiones relacionadas con la crianza. La necesidad humana instintiva de proteger. Eso es muy fuerte. Y también preguntas sobre la aceptación de la muerte. El final de la película, donde aparece mi personaje, plantea importantes preguntas sobre cómo debemos aceptar la muerte. Alex Garland ha escrito un guion muy interesante. Los tráilers enfatizan el factor de terror, pero es marketing. La película es en realidad una historia muy humana, muy hermosa.