Rusia capturó la ciudad clave de Vuhledar en el este de Ucrania, poniendo fin a meses de resistencia y subrayando la magnitud del desafío de Kyiv mientras se dirige a su tercer invierno en tiempos de guerra.
Imágenes verificadas por CNN mostraron a soldados ondeando la bandera rusa sobre las ruinas del ayuntamiento de la devastada ciudad, cuya población ha disminuido de alrededor de 14.000 a poco más de un centenar.
El Ejército de Ucrania confirmó su retirada de Vuhledar este miércoles, y señaló que Rusia logró enviar reservas en los flancos, lo que llevó a la «amenaza de cerco». La decisión de retirarse, dijo, se tomó «para salvar al personal y el equipo militar».
Un objetivo clave del presidente de Rusia, Vladimir Putin, es tomar toda la región oriental del Donbás. Rusia ha logrado avances incrementales este año en el este y la pérdida se produce mientras el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, regresa de una reunión con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sin que se cumplieran sus demandas clave.
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Vuhledar, una ciudad construida alrededor de una mina de carbón (su nombre proviene de la palabra ucraniana para carbón), se encuentra a unos 50 km (30 millas) al sur de Pokrovsk, vista en los últimos meses como el principal nexo de ataque de Rusia en el este.
Aunque no es un centro de transporte y logística como Pokrovsk, Vuhledar estaba fuertemente fortificada y se consideraba un bastión crucial en la intersección de los frentes oriental y meridional de Ucrania. Un destacado bloguero de guerra ruso, Boris Rozhin, dijo que esto hacía que la victoria fuera «operativa, si no operativa-estratégica».
“El hecho es que este ‘balcón’ [una aparente referencia a la posición elevada de Vuhledar] estaba ubicado en la unión de los frentes de Zaporiyia y Donetsk, lo que representaba una amenaza constante para el grupo que cubría los accesos a Mariupol», señaló, al referirse a la ciudad del sur de Ucrania que ha estado en manos rusas desde 2022.
Al igual que Avdiivka, otra ciudad estratégica del este que cayó en febrero, Vuhledar es una víctima, no de la destreza estratégica rusa, sino de la fuerza bruta de desgaste.
Durante dos años, Ucrania había mantenido una defensa formidable allí, mientras Rusia intentaba y fallaba varias veces en tomar la ciudad.
En febrero de 2023, un intento de asalto ruso a Vuhledar provocó un alboroto entre los blogueros militares pro-Kremlin, ya que cientos de tropas rusas avanzaron directamente hacia la mira de la artillería ucraniana, lanzada desde los bloques de apartamentos de gran altura de la ciudad.
Otro bloguero ruso, Voenkor Kotenok, aludió a esta victoria agridulce el martes.
“Es doloroso, Vuhledar o más bien aquellos que se asentaron allí, bebieron mucha sangre”, dijo.
Ahora, es Ucrania la que enfrentará las preguntas difíciles.
Un nuevo golpe para Ucrania
El hecho de que Rusia haya podido traer suficientes reservas para rodear la ciudad subraya la ventaja de mano de obra que aún tiene, cuatro meses después de que entrara en vigor la ley de movilización de Ucrania.
“Dije con confianza que uno tendría que ser un idiota para permitir que nuestros muchachos fueran rodeados, pero alguien lo hizo”, escribió Stanislav Buniatov, un soldado y bloguero ucraniano, en una publicación en Telegram. Afirmó que los soldados terminaron retirándose de Vuhledar en pequeños grupos, recibiendo fuego de drones rusos, y que los heridos fueron dejados “para recibir disparos del enemigo».
El momento de esta pérdida también se sentirá intensamente en Kyiv.
Llega menos de dos meses después de que Ucrania expandiera el campo de batalla a la región rusa de Kursk, un movimiento diseñado para aliviar la presión en otros frentes y ayudar a revertir la fortuna ucraniana después de que Rusia pasara la primavera y el verano avanzando gradualmente en el este y abriendo un nuevo frente en la región norte de Járkiv.
También llega pocos días después de que Zelensky regresara de una intensa gira diplomática en Estados Unidos con la promesa de nueva ayuda, pero sin garantías de seguridad al estilo de la OTAN ni permiso para usar misiles occidentales en Rusia.
Hace solo una semana, Zelensky dijo a la cadena estadounidense ABC que “estamos más cerca de la paz de lo que pensamos”. La pérdida de Vuhledar significa que Ucrania ahora tiene que luchar para detener el avance de Rusia hacia el oeste, haciendo que la perspectiva de recuperar territorio sea aún más remota.
Tampoco ha habido tregua en los ataques rusos a la infraestructura energética ucraniana, que la Agencia Internacional de Energía advirtió que “este invierno será, con mucho, su prueba más dura hasta ahora».