Cada vez son más las partes del mundo en las que proliferan los ladrones de playas; en Marruecos o el Caribe, los “furtivos” están desnudando playas enteras para extraer arena.
La demanda de arena crece año tras año. A su uso para la construcción de carreteras y viviendas, se ha sumado en los últimos años la demanda de la industria del fracking, que usa arena junto a componentes químicos y agua para fracturar las densas formaciones rocosas que esconden el petróleo y el gas.
Esta fuerte demanda está superando a la oferta y encareciendo esta materia prima (que continúa siendo relativamente barata), lo que está fomentando la creación de grupos de furtivos que “cazan” arena en playas desiertas e incluso dentro del mar.
Como destacan desde el semanario The Economist, cada vez son más las partes del mundo en las que proliferan los ladrones de playas. En Marruecos o el Caribe, los “furtivos” están desnudando playas enteras para extraer arena, que representa el 85 por ciento de la extracción de minerales a nivel mundial.
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Según publica Spiegel, en varios países de África han desparecido playas enteras por este tipo de prácticas. Sin embargo, los “recolectores” de arena no se conforman con eso, ahora se sumergen bajo el agua, jugándose la vida, para extraer arena submarina.
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Según este diario alemán, las playas que tienen 100 por ciento asegurada su supervivencia son aquellas donde el turismo es una fuente de ingresos mayor que la propia arena.
USOS DE LA ARENA
La ciudades modernas, aunque parezca imposible, están levantado en y sobre arena. La mayoría de los materiales usados en la construcción están compuestos por este mineral. El Asia es el mayor consumidor del mundo de arena, sólo China supone la mitad de la demanda mundial en los últimos años. Los miles de kilómetros en carreteras, construidas con asfalto (que lleva mucha arena), o las millones de casas levantadas con hormigón (también rico en arena), suponen gran parte de esta demanda.
A todos estos usos hay que sumarle en los últimos años la demanda de la industria del fracking o fracturación hidráulica, sobre todo desde Estados Unidos. Este proceso consiste en inyectar a alta presión una mezcla de arena, químicos y agua en un pozo para fracturar las densas formaciones rocosas y así permitir que el petróleo y el gas puedan salir a la superficie. La arena que se queda en el proceso de fracking mantiene abiertos los pequeños canales para que los combustibles fósiles puedan escapar y se extraídos para su uso en la superficie.
También resulta importante el consumo de arena para ampliar las fronteras de los países que necesitan más espacio. Este es por ejemplo el caso de Singapur, que desde los años 60 han ampliado su espacio terrestre en más de un 20 por ciento. Para lograr este incremento del espacio la técnica más usada consiste simplemente en arrojar arena al mar.
EL FUTURO DE LA ARENA
Aunque la situación es preocupante, desde The Economist destacan que ya se están implementando nuevas técnicas para sustituir el uso de la arena en los procesos de construcción. Cada vez son más los países y empresas que reciclan el asfalto para crear nuevas carreteras, mientras que también se emplean otros materiales en la construcción de vivienda, como puede ser la madera.
Países como el Reino Unido ya presumen de usar un tercio de materiales reciclados en todas sus construcciones. Mientras que Singapur continuará comiéndole terreno al mar pero mediante el uso de diques, que son menos intensivos en el uso de arena. Por otro lado, a medida que el precio de este mineral siga subiendo serán más y más los sustitutos que aparecerán para reducir costes, destacan desde el semanario británico.
Fuente: Sin embargo