Un procedimiento que salva vidas acabó con la de un paciente en un caso increíblemente infrecuente. Según los funcionarios de la salud de Michigan, y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, murió una persona recientemente a causa de una infección de rabia que contrajo por el riñón de un donante cadavérico.
La noticia difundida por WTOL, de Toledo, Ohio, sobre la inusual muerte se dio a conocer el miércoles y fue confirmada por funcionarios de la salud de Michigan y Ohio, y también por la CDC. Dicen que no hay nadie más en riesgo de contagio a partir del procedimiento de trasplante. “La causa de muerte es rabia, y complicaciones”, le dijo a WTOL Carl Schmidt, médico forense del condado de Lucas. “El diagnóstico se confirmó al enviar tejido al CDC”.
La rabia se contrae a partir de un virus que puede infectar el cerebro y la médula espinal de casi cualquier mamífero. Se sabe que constituye prácticamente una sentencia de muerte una vez que la persona infectada empieza a mostrar señales de la enfermedad, como agresividad, desorientación, y fobia al agua. Los síntomas, sin embargo, pueden tardar semanas en aparecer en los humanos y la muerte casi siempre puede prevenirse si se aplica a tiempo el tratamiento antes de que se presenten los síntomas. La profilaxis posterior a la exposición combina la vacuna antirrábica con anticuerpos donados.
¿Cómo pudo suceder?
El virus suele propagarse por la saliva de los animales infectados, a menudo por rasguños o mordeduras. Los programas de vacunación de mascotas y las mejoras en el control animal han hecho que la rabia sea una enfermedad infrecuente en gran parte del mundo, y en EE.UU. hay menos de 10 muertes al año a causa de la rabia. Los estadounidenses que enferman suelen contraerla por contacto con murciélagos o animales silvestres infectados. Más infrecuente todavía es que haya un caso fatal de rabia que se transmita por medio de un trasplante.
La última muerte por trasplante que se conoce en EE.UU. fue en 2013, cuando un residente de Maryland murió por esa causa (los que recibieron otros órganos del mismo donante cadavérico fueron sometidos a tratamiento de profilaxis post-exposición). En 2004 un conjunto de cuatro muertes en Texas pudo rastrearse a un único donante fallecido. La rabia contraída por trasplante de órganos es un problema en China, donde se informan con más frecuencia los casos de rabia, aunque de todos modos la enfermedad no es tan común.
Tanto a los donantes como a sus órganos se les hacen análisis de rutina para una cantidad de infecciones graves u otras enfermedades que pudieran transmitirse al receptor. Pero en esta investigación del caso de 2013 la CDC señaló que no se hacían análisis para rabia si no había sospechas de que la persona estuviera enferma. En los casos anteriores de EE.UU. ninguno de los donantes cadavéricos era sospechoso de haber muerto por rabia (en retrospectiva, probablemente haya sido así).
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En este caso reciente el receptor fue trasplantado a finales de diciembre de 2024, y m urió de rabia en enero de 2025. Aunque la persona fue operada en Ohio, era residente de Michigan por lo que este es el primer caso humano de rabia que se documenta en ese estado desde 2009. Los funcionarios de la salud llevaron a cabo una investigación y determinaron que no hay riesgo de rabia para otros a partir de su exposición. El Centro Médico de la Universidad de Toledo donde se realizó la cirugía dijo también que no se identificaron problemas evidentes con la forma en que se hizo el trasplante.
“El sistema de salud ha trabajado estrechamente con las autoridades de la salud pública y llevó a cabo una revisión exhaustiva de este caso, hallando que se siguieron las mejores prácticas y protocolos de seguridad estándar”, afirmó el Centro en su declaración a WTOL. Es decir que parece ser algo extremadamente infrecuente, pero igualmente trágico.
Fuente: Gizmodo