Monterrey, NL. Carmen Sánchez, que sobrevivió a una agresión con ácido por parte de su expareja, formó una fundación y ahora busca replicar su ejemplo a nivel nacional promoviendo reformas legales para que el ataque con químicos, como en su caso, sean castigados como tentativa de feminicidio.
La activista estuvo en Monterrey hablando sobre los avances y obstáculos en el reconocimiento de la violencia química como un problema de salud pública y derechos humanos de las mujeres.
A pesar de que el problema continúa invisibilizado y subestimado, cada año más de 100 mujeres mexicanas son víctimas de ataques con sustancias químicas.
Con el testimonio y activismo de Carmen Sánchez esperamos que las instituciones y el gobierno de Nuevo León puedan hacer estudios diagnósticos y marcos normativos tendientes a prevenir, atender y sancionar este tipo de delitos.
Luego de sobrevivir a un ataque con ácido y luchado por obtener una sentencia contra su atacante, Carmen Sánchez busca replicar su ejemplo a nivel nacional, promoviendo reformas legales para que casos como el de ella sea castigados como tentativa de feminicidio.
La activista compartió su experiencia en una conferencia organizada por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana.
Carmen Sánchez, originaria del Estado de México, mencionó que en 2014 fue atacada con ácido por quien fuera su pareja. Como sus lesiones fueron catalogadas como «simples» -porque no ponían en riesgo su vida y tardaban menos de 15 días en sanar- su caso fue considerado como de lesiones, sin tomar en cuenta el riesgo en que estuvo su vida y el dolo con el que fue cometido.
Luego de una prolongada lucha legal, consiguió que su expareja recibiera una condena de 46 años y 8 meses por intento de feminicidio.
El proceso para que las mujeres reciban justicia es tortuoso, detalló la activista, por eso es necesario reformar las leyes en el país y sancionar la «violencia química», que es la que se comete cuando se ataca a la víctima con cualquier sustancia corrosiva.
«La lucha de las mujeres que buscamos justicia es dolorosa, cansada, tortuosa y por eso hay muchísimas mujeres que no continúan con este proceso, porque requiere de tiempo, requiere de dinero», señaló Carmen Sánchez.
Gracias a exponer su caso, mencionó que por lo pronto ocho códigos penales locales ya fueron reformados.
Y aunque en Nuevo León no son comunes este tipo de ataques, no está exento de que ocurran, como le pasó a Liliana Fernández, quien fue abusada sexualmente y luego le prendieron fuego con gasolina, en marzo del año pasado, indicó la activista.
«Liliana no está bien de salud, ni por la parte médica ni mentalmente, sigue en el hospital, pero por invisibilizar esta violencia sus agresores no han sido detenidos», apuntó.
FUENTE: LA JORNADA