El gusano barrenador regresó a Chiapas tras varios años de haber sido erradicado, en un contexto de debilitamiento de la vigilancia zoosanitaria en la frontera sur. Ganaderos señalan que durante los sexenios de Manuel Velasco Coello (PVEM) y Rutilio Escandón Cadenas (Morena) se bajó la guardia, lo que permitió el ingreso de ganado centroamericano sin control sanitario.
Expertos y académicos locales advierten que esa omisión es una de las principales causas del resurgimiento del parásito en el hato chiapaneco desde 2024, un escenario similar al vivido en la década de 1970.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) reportó 869 casos entre noviembre de 2024 y abril de 2025, de los cuales 487 ocurrieron en Chiapas, la entidad más afectada por esta miasis provocada por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, conocida como “devoradora de hombres”. El resto de los casos se distribuyó entre Tabasco (249), Campeche (116), Quintana Roo (16) y Yucatán (4).
Además, Chiapas es el único estado del país con registros de infecciones en humanos: hasta ahora, hay dos casos, ambos localizados en la región del Soconusco.
Preocupan rastros clandestinos
En entrevista, Braulio Brindis, gerente del Frigorífico Tipo Inspección Federal (TIF) de Tuxtla Gutiérrez, explica que con la cuarentena sólo pueden movilizar carne, “mas no el ganado en pie, ni caballos”.
Detalla que antes se enviaba el ganado a zonas de engorda en el norte del país —Monterrey, Chihuahua, Baja California—, pero ahora hay temor de que llegue a Estados Unidos con la plaga. Aunque el impacto inmediato no ha sido fuerte, reconoce que el flujo de animales hacia el norte se ha frenado por las revisiones en las garitas. “Eso les significa una merma en pesos, porque se les enferman y fallecen”.
Aclara que los animales infectados no pueden ser sacrificados hasta ser curados, pues no son aptos para consumo humano si están enfermos.
Lo que más le preocupa, advierte, es la presencia de rastros clandestinos: “hay muchos; en nuestro caso, no surtimos toda la carne a Tuxtla, sólo a una pequeña parte, porque la mayor parte la traen de otros estados y, aparte, viene de rastros municipales o clandestinos”. En estos últimos, señala, lo más probable es que no haya ninguna autoridad supervisando su operación, mientras que el control en los rastros municipales es “intermitente”.
Otra fuente, que pidió el anonimato por temor a represalias laborales, confirma que muchos filtros fueron desmontados en el sexenio anterior y que el sector ganadero recibió poco apoyo.
“Un ejemplo: en Frontera Comalapa había un módulo de verificación, pero no tenía un médico”, relata. Asegura que hay más animales infectados de los que se reportan, ya que muchos ganaderos no notifican por miedo a que se endurezcan las restricciones, como ya sucede en Palenque.
Braulio Brindis refuerza esa denuncia: “se bajó la guardia” durante los dos últimos gobiernos estatales, y recuerda que Chiapas estuvo en cuarentena por tuberculosis bovina en 2021. “Es lo mismo (que con el gusano barrenador), sólo sale la carne, pero no el ganado en pie”.
Esa enfermedad, agrega, se relaciona con el exceso de ordeña que practican algunos ganaderos, incluso cuando el animal ya está enfermo.
Millones de moscas han sido liberadas, reporta Senasica
En un comunicado emitido el 13 de mayo, el Senasica informó que, entre el 30 de noviembre de 2024 y la fecha, ha liberado más de 885 millones de moscas estériles del gusano barrenador del ganado (GBG) en el sur-sureste mexicano. Esta estrategia cuenta con el apoyo del Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (APHIS) de Estados Unidos.
Las moscas provienen de una planta ubicada en Panamá, y se acondicionan para su liberación en centros de empaque instalados en Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, Chiapas.
Además, Senasica anunció que en noviembre de este año comenzará a operar un centro fijo en el aeropuerto de Tuxtla con capacidad para liberar 120 millones de moscas estériles por semana.
Braulio Brindis celebra esta medida. Aunque actualmente exportan carne a Nuevo León, Guadalajara, Ciudad de México e incluso a Rusia, espera que las nuevas estrategias rindan frutos. “No será fácil, pero si se hace lo conducente, puede ser rápido”.
Para frenar al gusano barrenador, se liberan millones de moscas estériles de la misma especie (cochliomyia hominivorax) en las zonas afectadas. Estas moscas macho no pueden reproducirse, pero se aparean con las hembras silvestres. Como resultado, no nacen nuevas larvas y la plaga se va reduciendo poco a poco.
Esta técnica, llamada método del insecto estéril, es una estrategia biológica que ha sido exitosa en el pasado para erradicar al gusano barrenador en México y otros países.
Combatir el clandestinaje
También urge a combatir el clandestinaje. “Muchos ganaderos están así porque no quieren pagar impuestos. Dicen que es muy caro sacar una factura, ‘aretar’ el ganado, llevar un control… pero sí es un problema porque caen en abigeato, porque no tienes cómo comprobar que sea de tu propiedad”.
Juan Morales, presidente de la Unión de Tablajeros del centro de Chiapas, coincide en que el clandestinaje los tiene “en jaque” y no descarta que esa sea una vía de propagación de enfermedades.
Aunque reconoce que el gusano barrenador es un problema real, cree que hay un trasfondo político en el conflicto entre México y Estados Unidos. Recuerda que en los años 70 enfrentaron una situación similar, con pérdidas importantes, pero lograron contenerla.
Por ahora, asegura que no han sufrido un impacto económico y que todos los mercados de Tuxtla están regulados sanitariamente. “Por eso la gente debe de estar tranquila”.
Lo que sí les inquieta es un posible cierre de fronteras. No obstante, insiste en que se trata más de una cuestión política.
Braulio Brindis reconoce que el nuevo gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar ha hecho un buen trabajo, sobre todo en el combate al crimen organizado, que en años recientes mantuvo bajo presión a ganaderos y pobladores.
Gracias a eso, muchos productores han retomado sus actividades. Sin embargo, hay regiones como la Frailesca —con municipios como La Concordia y Villaflores— donde la ganadería prácticamente colapsó. “A nosotros nos repercutió, el ganadero no quería venir”.
EU suspende importación de ganado mexicano por brotes de gusano barrenador
El Departamento de Agricultura de EU (USDA, por sus siglas en inglés) ordenó la suspensión inmediata de las importaciones de ganado bovino, equino y bisonte provenientes de México, tras detectarse nuevos brotes de gusano barrenador en Oaxaca y Veracruz, a más de 1,100 kilómetros de la frontera norte.
La decisión, confirmada por el Consejo Nacional Agropecuario, afecta directamente al sector ganadero del país, sobre todo a Sonora y Chihuahua, que exportaban más de 5,700 cabezas de ganado al día hacia el mercado estadounidense.
En términos económicos, la suspensión representa una pérdida estimada de 11.4 millones de dólares diarios en divisas por exportaciones, de acuerdo con estimaciones del sector.
El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, afirmó que se trata de una medida temporal de 15 días, durante los cuales se evaluará la estrategia conjunta entre México y EU para contener y erradicar la plaga, provocada por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, conocida como gusano barrenador.
Las cifras de la ganadería y el gusano barrenador
Desde junio de 2024 se han destinado más de 167 millones de pesos al operativo contra el GBG, con acciones enfocadas en contener la plaga en la frontera sur y proteger el patrimonio pecuario del país.
Senasica ha revisado 9,741 cargamentos, con un total de 610,660 animales, para evitar que el ganado infectado se movilice hacia el centro y norte de México.
El pasado 7 de mayo, Armando García López, director de la Comisión México–Estados Unidos para la Prevención de la Fiebre Aftosa (CPA), aseguró ante el APHIS y representantes del sector que se ha logrado controlar más del 80% de los casos confirmados, verificando la ausencia de larvas tras 10 días de tratamiento.
Frany Garibaldi, de la organización Defensoría Animal, subraya la gravedad del problema: “Porque el gusano está atacando a todos los mamíferos, por ello no sólo corre riesgo el ganado, sino los animales domésticos como perros y gatos, e incluso los humanos, porque ese gusano se alimenta del tejido vivo”.
El regreso del gusano barrenador no sólo evidenció el debilitamiento de los filtros sanitarios en la frontera sur, sino también la fragilidad de un sistema ganadero que durante años operó sin el respaldo suficiente del Estado. Hoy, Chiapas enfrenta una doble lucha: contener una plaga que amenaza al hato y a la salud pública, y erradicar prácticas como el clandestinaje y la omisión oficial que permiten que el problema persista.
Aunque las autoridades han activado operativos sanitarios y reforzado las inspecciones, productores, académicos y expertos coinciden en que el desafío va más allá de lo técnico: implica recuperar el control territorial, reconstruir la confianza institucional y garantizar que el precio de la desatención no lo sigan pagando quienes producen, consumen y viven del campo.
Fuente: La Silla Rota