El presidente de México, Andrés Manuel
López Obrador, abordó varios temas durante su reunión con Joe Biden en la Casa Blanca: le recordó los agravios cometidos en Estados Unidos contra la comunidad migrante mexicana, la crisis económica provocada por la crisis en Ucrania y la necesidad de estrechar la cooperación comercial ante el avance de China.
En medio de la crisis de los energéticos desatada por el conflicto en Europa del Este,
el Gobierno de México se comprometió a aumentar sus exportaciones de petróleo crudo y combustóleo a Estados Unidos para comenzar a reducir las presiones inflacionarias en ambos países, sobre todo los altos precios de la gasolina que están pagando los ciudadanos estadounidenses desde que comenzó
el conflicto entre Kiev y Moscú el pasado 24 de febrero.
«Mucha de esta gasolina [con la que estamos dispuestos a apoyar] la estamos produciendo en la refinería de Pemex que usted nos permitió comprar en Deer Park, Texas. Ponemos a disposición de su Gobierno más de 1.000 kilómetros de gasoductos a lo largo de la frontera sur con México para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California por un volumen capaz de generar hasta 750 megawatts de energía eléctrica y abastecer a 3 millones de personas, aproximadamente», comentó
López Obrador.
El mandatario mexicano señaló que está en la mayor disposición de estrechar los lazos comerciales con las empresas y los inversionistas de Estados Unidos en la industria energética, siempre y cuando se respete la soberanía nacional del país latinoamericano.
López Obrador se comprometió a ayudar para garantizar el abasto energético, sobre todo, de las ciudades fronterizas de Estados Unidos. «Desde que comenzó la crisis energética, México ha destinado el 72% de su producción de crudo y combustóleo a las refinerías de Estados Unidos, 800.000 barriles diarios. Asimismo, decidimos permitir, en tanto baja el precio de las gasolinas en Estados Unidos, que ojalá y apruebe el Congreso dicha propuesta, que estadounidenses que viven cerca de nuestra frontera puedan cargar sus automóviles del lado mexicano con un mejor precio», comentó.
«Hace dos meses, tomamos la decisión soberana de
nacionalizar el litio, un mineral que resulta fundamental para avanzar en el propósito de no depender de los combustibles fósiles y que estará disponible para la
modernización tecnológica de la industria automotriz entre nuestros países», dijo López Obrador, quien garantizó a Biden que su Administración está comprometida en transitar a las energías limpias.
Sus declaraciones suceden en medio de
fuertes tensiones entre autoridades mexicanas y compañías estadounidenses del sector eléctrico, las cuales aseguran que México viola el
T-MEC en agravio de la libre competencia y en favor de la empres estatal mexicana del sector: la
Comisión Federal de Electricidad (CFE).
«Hay agravios que resultan difíciles de olvidar»
El presidente de México recordó debajo del retrato de Franklin D. Roosevelt que en Estados Unidos se han cometido distintos
abusos contra migrantes que buscaron el sueño americano en el pasado y que en estos momentos lo siguen persiguiendo.
Por ello, le pidió a su homólogo Joe Biden la regularización de los millones de mexicanos que, desde hace años, trabajan de forma honrada en suelo estadounidense.
«Es indispensable, y lo digo de manera sincera y respetuosa, regularizar ya la certidumbre a migrantes que, desde hace varios años, trabajan honradamente y contribuyen al desarrollo de esta gran nación», dijo López Obrador.
«Sé que sus adversarios, los conservadores, van a pegar el grito en el cielo, pero sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar no será posible resolver los problemas», afirmó. «A pesar de nuestras diferencias y de agravios que no resultan fáciles de olvidar ni con el tiempo ni con buenos deseos, en muchas ocasiones hemos podido coincidir como buenos amigos y verdaderos aliados».
Biden señaló que Estados Unidos ha invertido 3.400 millones de dólares en infraestructura para la frontera, con el objetivo de hacerla más segura y eficiente para el cruce de las personas que buscan el sueño americano.
También recordó la «crisis del fentanilo» por la que atraviesa el pueblo estadounidense. Agencias como el FBI y la DEA han dicho que la mayoría de esta droga proviene de los cárteles de la droga que operan en México.
Desde abril, recordó, Estados Unidos ha desplegado más de 1.500 efectivos, se han llevado a cabo más de 20.000 operativos y más de 3.000 arrestos en operativos contra el narcotráfico.
También recordó el Programa Bracero aprobado durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt, a través del cual se aceptó la llegada de miles de trabajadores mexicanos a la Unión Americana ante al falta de fuerza de trabajo en Estados Unidos debido a la Segunda Guerra Mundial.
«[Por ese programa] miles de jornaleros agrícolas mexicanos ingresaron a Estados Unidos de manera legal para ayudar en la producción de alimentos. Incluso durante la construcción del ferrocarril en Estados Unidos, de 1943 a 1946, se contrató a 130.000 trabajadores mexicanos mediante este procedimiento pactado por ambos Gobiernos. Ciertamente, el programa no estuvo exento de errores, abusos y encubrimientos, pero sin duda dio buenos resultados en lo productivo y lo laboral», añadió López Obrador.
Por su parte, el mandatario estadounidense, Joe Biden, recordó que episodios como la muerte de 53 migrantes mexicanos y centroamericanos en un camión abandonado a las afueras de la ciudad de San Antonio demuestran la necesidad de establecer nuevos términos y reglas que permitan controlar los flujos migratorios irregulares.
«Nosotros llegamos a niveles históricos en los últimos cinco años de visas a centroamericanos y estamos en un ritmo que nos va a permitir duplicar la cantidad de visas en el próximo ejercicio. Gracias, presidente [López Obrador], porque ustedes también están emitiendo más visas de trabajo en México para centroamericanos», apuntó el presidente demócrata.
Más temas incómodos: Ucrania y China
El presidente de México,
Andrés Manuel López Obrador, le recordó a
Biden que
China ha avanzado a pasos agigantados como la gran industria del planeta. Su poder productivo, dijo, ha rebasado todas las expectativas.
«Debemos reconocer que, desde hace tiempo, no estamos produciendo lo suficiente. En las últimas tres décadas se aceptó de forma cómoda que China sería la fábrica del mundo, con la falaz idea de que, por la globalidad, no era necesaria la autosuficiencia alimentaria, energética y de otros bienes porque podíamos importar lo que necesitáramos», señaló López Obrador.
Sin embargo, con el tiempo se ha demostrado que esa teoría es equivocada y que es fundamental, también garantizar el autoabasto de las naciones, sobre todo a partir de fenómenos como la
pandemia de COVID-19 y el
conflicto en Ucrania.
«¡Vaya que vivimos tiempos difíciles! Primero fue la pandemia y ahora la guerra en Ucrania la cual no sólo ha dejado dolor y destrucción, sino que agravó la crisis económica e impulsó la espiral inflacionaria que padece el mundo», observó el presidente de México, que concluye su periodo en 2024.
Ante los señalamientos por China, el mandatario estadounidense, Joe Biden, manifestó su desacuerdo con la idea de que el mundo dejó crecer a China como «la gran fábrica del mundo». En ese sentido, aseguró que los sueldos de los estadounidenses han aumentado en 5% y que, durante su Administración, se creó la mayor cantidad de trabajos en comparación con otros Gobiernos. «No quiero decir que no tengamos problemas, porque sí los tenemos», reconoció Biden.
«Y sobre el tema de China acerca de que es la fábrica del mundo, nosotros producimos más productos agrícolas», aseguró el presidente de Estados Unidos.
«A pesar de los titulares exagerados que vemos a veces, usted y yo tenemos una relación fuerte y productiva», manifestó Biden durante los primeros minutos de la reunión con López Obrador en el Despacho Oval.
Al final del encuentro y en medio de lo que los analistas consideran
una relación tensa entre México y Estados Unidos, Biden afirmó:
«Creo que tenemos que comenzar a hablarnos mutuamente con respeto».