Yucatán es hogar de diversas especies migratorias, entre ellas los flamencos, que se concentran en zonas como Las Coloradas, Celestún, Sisal y toda la costa yucateca. Sin embargo, en los últimos años, esta majestuosa especie ha enfrentado varios desafíos que amenazan su conservación, especialmente en lo que respecta a la infraestructura eléctrica y los animales ferales.
Uno de los mayores problemas que enfrentan es la electrocución, debido a las líneas de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que no cuentan con las boyas de protección necesarias para evitar que las aves se posen en ellas.
Este fenómeno ha dejado un saldo trágico de más de ocho mil flamencos electrocutados en los últimos meses, aunque afortunadamente se han logrado rescatar y devolver a su hábitat a otros ocho mil ejemplares, esto según los datos otorgados por la secretaria de Desarrollo Sustentable (SDS) del estado, Federica Quijano Tapia. Ante esta problemática, la SDS, en colaboración con la CFE, están tomando las medidas para reducir los riesgos de electrocución.
Se han solicitado boyas de protección para instalar en las líneas eléctricas más críticas, en áreas de alta concentración de flamencos como Celestún, Las Coloradas, la ría de Progreso y otros puntos clave en la costa yucateca. Estas boyas, una vez entregadas por la CFE, serán colocadas para evitar que las aves entren en contacto con las líneas y sufran accidentes fatales.
Además de la electrificación, otro de los peligros que afecta a los flamencos son los perros ferales, que también han causado muertes de estas aves al atacarlas en su hábitat natural. La Secretaría ha recibido el apoyo de la Fundación Pedro y Elena, que ha jugado un papel importante en la sensibilización y monitoreo de la especie, incluyendo la denuncia de los ataques de perros y la realización de campañas para proteger a los flamencos.
El monitoreo de los flamencos ha revelado que, a pesar de los obstáculos, estos siguen llegando a la región. En particular, se ha observado que, debido a fenómenos naturales como huracanes, algunos flamencos jóvenes pierden su rumbo y deben ser rescatados. Un caso emblemático fue el rescate de un flamenco joven tras el paso del huracán Milton en la zona de Sisal, que fue devuelto a su hábitat una vez que se recuperó.
FUENTE: NOVEDADES QUINTANA ROO