REDACCIÓN MACRONEWS.— En un anuncio realizado durante la conferencia de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó el creciente interés y afluencia de visitantes en las zonas arqueológicas de México. El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, respaldó estas afirmaciones al revelar que Chichén Itzá, una joya arqueológica en Yucatán, estableció un nuevo récord al recibir la asombrosa cifra de 7,500 visitantes en un solo día, el pasado martes 23 de enero.
Durante el año 2023, Chichén Itzá experimentó un aumento del 17 por ciento en comparación con el año anterior, alcanzando la impresionante cifra de 2 millones 300 mil turistas nacionales y extranjeros. Este aumento se atribuye en gran medida al creciente interés en las zonas arqueológicas, especialmente aquellas ubicadas en la ruta del Tren Maya.
El INAH está llevando a cabo el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en 29 sitios en varias regiones del país. Diego Prieto Hernández presentó un video que destacaba las mejoras en la zona arqueológica de Chacchoben, en Quintana Roo, que forma parte del Promeza. Este programa incluye acciones de investigación, conservación arqueológica, y la creación de nuevos espacios, como senderos interpretativos para turistas nacionales y extranjeros.
Además, el INAH tiene planes para construir nueve museos y diez Centros de Atención a Visitantes (Catvis), así como el espacio cultural Ateneo Peninsular en Mérida, Yucatán. Estas obras complementarias se realizan en el contexto del desarrollo del Tren Maya, y el INAH ha llevado a cabo programas de salvamento arqueológico en paralelo.
Hasta el 25 de enero, los trabajos de salvamento arqueológico en el frente 2 del tramo 7 del Tren Maya han registrado cifras impresionantes, que incluyen 59,340 bienes inmuebles, un millón 423,524 fragmentos de cerámica, mil 956 bienes muebles, 699 restos humanos y 2,252 rasgos naturales asociados a las culturas mayas.
Prieto Hernández destacó especialmente el hallazgo in situ de un conjunto de collares de concha, caracol, piedra verde y colmillos de animales, dispuestos como ofrenda. Este descubrimiento resalta la riqueza arqueológica que aún se encuentra en las regiones donde se desarrolla el Tren Maya.