Ciudad de México, 16 de octubre (SinEmbargo).– Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional (Sedena) durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, era conocido con los nombres de “El Padrino” y también como “Zepeda” en los bajos mundos de la mafia mexicana, revela la acusación presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos ante un Gran Jurado. Eso se puede leer en los documentos obtenidos por SinEmbargo.
El más alto funcionario mexicano detenido y que será juzgado en una Corte de Estados Unidos estará en la misma Corte que dio cadena perpetua a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, y que ahora mismo juzga a Genaro García Luna, extitular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal durante la Presidencia de Felipe Calderón Hinojosa.
Los fiscales estadounidenses dicen que el exsecretario de Defensa “abusó de su posición pública para ayudar al Cartel de los Beltrán Leyva, una organización narcotraficante mexicana extremadamente violenta, a traficar miles de kilogramos de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana a Estados Unidos”.
El documento presentado hoy está fechado el 14 de agosto de 2019. El primer cargo dice: “Cerca de diciembre de 2015 y febrero de 2019 en territorio extra juridiccional de Estados Unidos, Salvador Cienfuegos Zepeda, conocido como ‘El Padrino’ y ‘Zepeda’, junto con otros, tuvo conocimiento e intencionalmente conspiró para manufacturar y distribuir una o más sustancias con el conocimiento de que eran ilegales y no podían importarse a Estados Unidos”. Menciona las sustancias: heroína, cocaína, metanfetamina, mariguana.
En ese primer cargo se le atribuyen cantidades de un kilogramo o más de heroína, 5 kilogramos o más de cocaína, 500 gramos o más de metanfetamina y mil kilogramos o más de mariguana.
La acusación, con sello de recibido desde 2019, indica que Cienfuegos Zepeda realizó actividades de narcotráfico cuando era Secretario de la Defensa Nacional de México en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
En lo que se refiere a lavado de dinero se indica que siendo Secretario de la Defensa, Cienfuegos Zepeda junto con otros realizaron distintas transacciones financieras y transferir dinero entre México y Estados Unidos, producto del narcotráfico, tanto en instrumentos monetarios como por medio de herramientas financieras desde algunos lugares en EU y otros fuera de ese país, incluyendo algunas localidades en México.
Todo esto lo hicieron a sabiendas de que “el tráfico, la transmisión o la transferencia diseñada violaba la Ley en Estados Unidos”.
El Departamento de Justicia también ordena confiscar cualquier propiedad relacionada con el indiciado, el General mexicano Cienfuegos Zepeda, o cualquiera otro de sus asociados, ya sean personas físicas o morales. El documento es firmado por quien fuera Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, Richard Donoghue, y Fiscal para cinco condados de Nueva York. El Fiscal interino es Seth DuCharme. A partir de julio de este año, Donoghue fue sustituido pero fue él quien trajo la causa contra el General mexicano.
¿QUIÉN ES CIENFUEGOS?
El General retirado Salvador Cienfuegos, exministro de Defensa en el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), era considerado uno de los militares más reputados del Ejército y muy estimado entre las tropas, una carrera empañada por la tragedia de Ayotzinapa y, ahora, la detención el pasado jueves en Estados Unidos a petición de la DEA.
Nacido el 14 de junio de 1948 en Ciudad de México, Cienfuegos ingresó en el Ejército a comienzos de 1964, con apenas 15 años, y estuvo más de cinco décadas en activo. Se licenció en Administración Militar y obtuvo una maestría en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacionales.
A lo largo de su larga carrera fue comandante de varios batallones y regiones militares, además de director del Heroico Colegio Militar.
En 2012, con la llegada de Enrique Peña Nieto al poder, Cienfuegos fue nombrado titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, que ocupó hasta el fin del mandato con un historial aparentemente perfecto, pese a algunas polémicas.
“Ustedes deben estar convencidos y orgullosos de que han realizado una labor fundamental, única amplia y de gran importancia, y gracias a ello somos la institución que más resultados aporta al esfuerzo nacional en materia de seguridad. Y gracias a ustedes, hemos disminuido considerablemente las quejas de derechos humanos”, dijo el 12 de noviembre de 2018, en su último evento público antes de dejar el cargo y rodeado de centenares de efectivos.
DURO, POPULAR, POLÉMICO
De semblante duro y aparentemente imperturbable, Cienfuegos era considerado uno de los militares más influyentes del Ejército, aunque sus seis años a la cabeza de la institución lo pusieron en el centro de varias polémicas.
Las que quedarán en el imaginario colectivo son la tragedia de Ayotzinapa y la matanza de Tlatlaya.
Aunque según la primera versión oficial de los hechos, hoy defenestrada, el Ejército nunca tuvo participación en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la sombra del delito siempre persiguió a esta institución.
En un primer momento, Cienfuegos mostró su predisposición a que los militares del 27 Batallón de Infantería, con sede en Iguala, prestaran declaración. Pero en sus años en el cargo ni un militar fue imputado pese a reiteradas peticiones de familiares y los expertos independientes de la CIDH.
En octubre de 2010, Cienfuegos dijo que los soldados que estuvieron en la zona no tenía “por qué declarar” ante el grupo de expertos de la CIDH que investigaba los hechos, porque solo responden ante “las autoridades mexicanas”.
No fue hasta este septiembre, cuando se cumplieron seis años de la tragedia y bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, que se anunciaron ordenes de captura contra militares por el caso.
Bajo el paraguas de Cienfuegos también se cometió la matanza de Tlatlaya.
En la madrugada del 30 de junio de 2014, 22 personas fueron asesinadas por soldados en una bodega ubicada en el municipio de Tlatlaya, en el Estado de México, colindante con la capital mexicana.
Según la versión oficial del Gobierno, los fallecidos eran presuntos delincuentes muertos en un choque con militares. Pero un posterior informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) determinó que los militares ejecutaron a 15 de los 22 muertos.
Pese a todo, su popularidad dentro y fuera del cuerpo permanecía, y su reputación se mantuvo para muchos prácticamente intachable, aguantando en el cargo los seis años de la vilipendiada era Peña Nieto al frente de la Secretaría de Defensa.
Una de sus pocas salidas de tono se dio cuando se posicionó a favor de que los militares dejaran de realizar tareas de seguridad pública y regresaran a los cuarteles. Aunque posteriormente se retractó.
FUENTE: Sin Embargo