Cancún, Quintana Roo 19 de Septiembre del 2023:La desaparición de la paloma migratoria, el tigre de Tasmania y el baiji o delfín del río Yangtsé representó no sólo el fin de esas especies, sino de todo su género.
No son las únicas víctimas de la denominada sexta extinción masiva.
Un evento en desarrollo caracterizado porque acciones humanas desaparecen especies de animales vertebrados cientos de veces más rápido que como ocurriría sin sus influencias.
Las investigaciones previas se habían centrado en la extinción de especies .
Sin embargo un nuevo estudio publicado en » Proceedings of the National Academy of Sciences » muestra que géneros enteros están desapareciendo.
Los investigadores advirtieron que se trata de una mutilación del árbol de la vida .
Los científicos examinaron 5 mil 400 géneros de animales vertebrados terrestres .
Mencionaron que un total de 73 se extinguieron desde el año mil 500 dC.
Las aves fueron las que sufrieron las mayores pérdidas, considerando que desaparecieron 44 de sus géneros, seguidas por los mamíferos, los anfibios y los reptiles .
El ritmo actual de extinción de géneros de vertebrados es 35 veces más alto que el último millón de años.
Especialistas han señalado que la influencia de la humanidad, el planeta Tierra posiblemente sólo habría perdido dos géneros en ese período, según una publicación en Stanford News .
En 500 años, las acciones humanas han desencadenado una oleada de extinciones de géneros que de otro modo habrían ocurrido en 18 mil años.
Situación a la que los investigadores han denominado como «aniquilación biológica».
«Lo que estamos perdiendo son nuestros únicos compañeros vivos conocidos en todo el universo», advirtió Paul R. Ehrlich , coautor del estudio e investigador del Centro de Biología de la Conservación de la Universidad Stanford .
El concepto de árbol de la vida se remonta al siglo 19, cuando Charles Darwin y Ernst Haeckel interpretaron e ilustraron como un árbol las relaciones de parentesco entre los seres vivos.
De acuerdo con el Real Jardín Botánico de España.
Según ambos, la biodiversidad de la Tierra se generó mediante el principio de antepasado-descendiente, representado en ramas que derivan unas de otras.
Gerardo Ceballos , coautor del estudio e investigador del Instituto de Ecología de la UNAM , sostiene que la pérdida de géneros es más grave que la de especies porque cuando una especie muere, otras del mismo género pueden ocupar, al menos parcialmente, su papel en el ecosistema.
Además, las especies sustitutas poseen mucho material genético del organismo extinto, así que retienen gran parte de su potencial evolutivo.
En términos del árbol de la vida, si una ramita (especie) se cae, otras cercanas pueden llenar el espacio de aquella caída relativamente rápido.
Sin embargo, cuando cae una rama entera (género), deja un gran agujero en el dosel arbóreo, es decir, queda vacío un espacio en el hábitat formado por las copas de los árboles.
Millones de años son necesarios para recuperarse esa pérdida porque se requiere un proceso evolucionario de especiación, insistió el experto
«A largo plazo, estamos haciendo una gran mella en la evolución de la vida en el planeta, pero también en este siglo lo que estamos haciendo al árbol de la vida causará mucho sufrimiento a la humanidad».
Con el objetivo de prevenir más extinciones que resultan en crisis sociales, Ehrlich y Ceballos insistieron en que urgen mayores esfuerzos de conservación en los trópicos.
Porque las regiones tropicales concentran tanto los géneros extintos como aquellos con una única especie sobreviviente.
Con información de Reforma