EL VOTO OCULTO DE MORENA-REALPOLITIK POR SAMUEL CERVERA
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En diversas ocasiones la candidata del PRI, PAN y PRD Xóchitl Gálvez, señaló que había un voto oculto que la favorecería en la jornada electoral del 2 de junio, pero no se registraba en las encuestas. Con este argumento descalificó los sondeos que constantemente la ubicaron en desventaja, pero el volumen de votos a favor de Claudia Sheinbaum, excedió incluso los cálculos realizados por las empresas encargadas de medir el número de votantes. La sorpresa no sólo fue para la oposición, sino también al interior de MORENA y sus aliados, lo que significó la existencia real de un voto oculto, pero este resulto ser morenista.
Los análisis que dividen los votantes en sectores sociales señalan que Claudia Sheinbaum ganó en todos, clases bajas, medias y altas, eligieron a la candidata que planteaba la continuidad del régimen. Contrario al discurso opositor, no tuvieron el apoyo de los sectores medios y altos, algo que no se veía reflejado en los diferentes tipos de sondeos, pareciera que quienes integran estos estratos preferían guardar silencio o quizá tomar la decisión cerca del día de la elección. Entre los sectores populares resulta más evidente la aprobación al gobierno, los programas sociales han influido en el nivel de vida de muchos de sus integrantes, además de una estrategia de comunicación que los toma en cuenta. Lo interesante está en el alto número de votos que obtuvo la candidata de MORENA, PT y Verde, entre las clases medias y altas.
Muchos expertos señalan que el votante mexicano promedio decide en función de lo que no desea, en lugar del proyecto político a futuro. En este sentido se podría leer el resultado electoral como un rechazo irrefutable de los sectores medios y altos a las actuales elites panistas y priistas, así como una expresión en contra del retorno al modelo económico neoliberal, tal como fue practicado en las decadas recientes.
Significaría que hubo comprensión de dos elementos: si detrás de Claudia estaba Obrador como sostenía la oposición, de Xóchitl estaba Alito y Marko Cortes, en otras palabras, el regreso al PRI y al panismo pragmático empresarial. Pareciera que los grupos sociales mencionados consideraron una mayor desventaja el retorno al pasado inmediato. Segundo elemento, que detrás del eslogan “Por el bien de todos, primero los pobres”, hay una lógica que consideran válida.
El error de la oposición no solo estuvo en el menosprecio a las clases populares, también en la falta de valoración de la capacidad reflexiva de los otros sectores, su desconocimiento de los mexicanos resulta asombroso. La sociedad mexicana enfrenta cotidianamente múltiples retos, ya sean beneficiados o afectados por ellos; desigualdad económica, relaciones de poder arbitrarias, influencia de la principal potencia económica del planeta, geografía compleja, entre muchos otros. Pero también es principalmente urbana y alfabetizada, lo que le da herramientas para enfrentar múltiples dificultades. Por otra parte, tiene un sustrato moral principalmente católico, así como un nacionalismo con diversas facetas, pero sólido.
Lo anterior puede explicar el “voto oculto” a favor de Claudia Sheinbaum entre todos los sectores sociales, los mexicanos votaron con sentido común; algo que se puede encontrar fácilmente en las conversaciones cotidianas. Expresiones como: seis años es poco tiempo para hacer cambios, hay que darles oportunidad; ¿Cómo gobernará Xóchitl y con quiénes?, no estamos en Suiza, pero existen cambios; entre muchas otras frases que reflejan esta capacidad de leer la realidad más allá de la propaganda política. Algo que los mexicanos hacemos bien, así como analizar a la gente cuando la acabamos de conocer, producto de años de una cultura de la amabilidad, pero también de la desconfianza. La resiliencia, decisiones pragmáticas matizadas por valores cristianos diluidos pero permanentes, nuestra capacidad de dialogar sobre la política, nuestra comprensión de las relaciones de poder, la experiencia y el conocimiento sobre el imperialismo estadounidense. Las combinaciones de todos esos factores influyeron en un voto poco expresado, pero sí muy inteligente.
La sociedad mexicana en su mayoría no aceptó las múltiples campañas de desinformación y las estrategias de difamación utilizadas por la oposición, las interpretaron correctamente como actos carentes de ética y reflejo de mezquindad. Su intensidad y constancia nunca antes vistas, fueron entendidas como desesperación, así como abuso de poder de una élite profundamente desprestigiada, hubo algo de pensamiento contrahegemónico en todas las clases sociales hacia los medios y personalidades mediáticas relacionadas con los gobiernos pasados. Los mexicanos despertaron un día y descubrieron que los líderes de opinión que habían seguido durante largo tiempo eran en realidad unos mercenarios de la información, racistas y clasistas. Las marchas rosas también tuvieron un impacto importante, pero en sentido contrario al que planearon sus organizadores, para miles de mexicanos ver marchar a integrantes de las clases altas por primera vez en la historia, expresando algún tipo de afrenta, cuando siempre fueron favorecidas por el sistema político, les indicó que había alguna forma de justicia, de reparación de agravios, en las acciones del gobierno actual.
La candidata del PRI, PAN y PRD, fue considerada como carente de herramientas intelectuales y morales para encabezar los destinos del país. No hay que menospreciar el profundo rechazo al sistema político corrupto, abusivo del pasado y a sus representantes, que está vivo en nuestro país, es paradójico que las marchas rosas tengan como discurso el repudio al autoritarismo, fueron a favor de la candidata apoyada por el PRI, pero tuvieran marcados elementos antipriistas. Tampoco la injerencia eclesiástica en el proceso electoral fue bien vista, la experiencia cotidiana e histórica le ha dejado claro a la gente que deben ser entornos separados, la abierta manipulación de muchos sacerdotes católicos no se tradujo en reacciones favorables a la candidata opositora.
El trabajo de AMLO y su cuarta transformación también fue analizado y valorado, la carencia de obras públicas destacadas o polémicas de los sexenios anteriores, contrastó con la divulgación constante de los proyectos obradoristas, ya fuesen a favor o en contra, pero innegablemente presentes. La reflexión en torno a los programas sociales mostró la existencia de un recurso económico redistribuido por el gobierno, en lugar de ser apropiado por la élite dirigente. El mito de que AMLO fuera un peligro para los mexicanos fue desmentido por una cotidianidad económica estable y con avances. El discurso constante por parte del titular del poder ejecutivo de una renovación moral de la vida pública tuvo eco, es el anhelo de todo un país desde hace mucho tiempo. La conferencia mañanera fue una reparación simbólica de gran envergadura, la figura representativa del poder político del pasado, ya no era autoritario, distante, inescrutable; por el contrario, fue cercano, compartió la discusión de los asuntos públicos, generó una percepción de empoderamiento en la mayoría de la población.
Claudia Sheinbaum también fue una candidata que cumplió con muchas expectativas, representó el deseo de amplios sectores de superar la cultura patriarcal, pero sin ser un símbolo explícitamente feminista. Mostró templanza, prudencia, conocimiento y fortaleza de carácter, virtudes apreciadas por los mexicanos en una mujer que ocupa espacios de liderazgo.
La falta de avances significativos en seguridad pública fue difundida como una de las grandes debilidades del régimen de López Obrador, sus contrincantes lo explotaron hasta la saciedad, pero en los índices de percepción de la seguridad, la población reportó progresos. El ciudadano de a pie, más cercano al origen del problema, siempre comprendió su complejidad y la dificultad para arraigarlo a fondo. La creación de una nueva fuerza de seguridad, la guardia nacional, y la mayor presencia militar se interpretó como un esfuerzo real por acotarlo; la calumnia de un pacto con el crimen organizado nunca permeó en la mayoría de los habitantes del país.
La estrategia de comunicación del AMLO tuvo como una de sus grandes virtudes la posibilidad de evidenciar las características de la élite dominante. Nunca antes se había visto a la clase política de la oposición tan clasista, racista, intolerante, mezquina, cortoplacista y entreguista. La denominada división de la sociedad contrastó con la homogeneidad del voto, en silencio los mexicanos se pusieron de acuerdo, se unieron para oponerse a un sector minoritario, abusivo, pero poseedor de grandes altavoces.
Para concluir, más allá de un voto oculto a favor de MORENA y su candidata a la presidencia de la República, hay un rechazo a una cultura política depredadora, al pragmatismo extremo alejado de los principios y valores éticos. También una aprobación a un estilo de gobierno que recuperó el nacionalismo, el apoyo social y ha fortalecido los mecanismos democráticos, que ha conseguido un consenso en sectores sociales, regiones y generaciones. El elemento oculto, especialmente para la oposición y sus estrategas, fue la sensatez, el sentido común de la mayoría de los mexicanos, forjado durante décadas de enfrentar una realidad compleja y demandante.