Cancún, Quintana Roo a 13 de septiembre del 2021: Oculta a simple vista. Así describen los expertos a uno de los tesoros más impactantes de la cultura maya en Guatemala hallado recientemente. Se trata de una serie de grandes ciudades, una megalópolis compuesta por más de 60.000 estructuras y edificaciones en Petén, una zona remota del norte del país, que se encontraban escondidas bajo la espesa selva y desde ya empiezan a transformar el conocimiento que se tenía alrededor de una de las civilizaciones más importantes del mundo antiguo.
El descubrimiento se logró gracias a los esfuerzos de más de 30 investigadores de Guatemala, Estados Unidos y Europa, quienes, durante varios meses, estudiaron un área de 2.100 km² en medio de la selva tropical centroamericana, en lo que se conoce como la reserva de la biósfera maya, zona protegida por las autoridades guatemaltecas. El objetivo: conocer mejor el legado cultural de los mayas y así impulsar iniciativas para su protección.
La investigación consistió en mapear esos 2.100 km² con una herramienta conocida como Lidar que, gracias a un láser montado en una avioneta bimotor, es capaz de ‘atravesar’ la tupida jungla sin cortar un solo árbol. A medida que la aeronave hace varios sobrevuelos rectilíneos, de norte a sur y de este a oeste, el Lidar va enviando rayos láser hacia la tierra que miden la distancia entre la avioneta y el terreno, al tiempo que calcula la altura de la vegetación. Cada uno de estos rayos es capaz de emitir 900.000 pulsos por segundo, con los cuales se logra una medición exacta del terreno, con hasta 15 puntos por metro cuadrado.
Posteriormente, los científicos elaboran vistas en tres dimensiones del terreno y eliminan, virtualmente, la vegetación, lo cual les permite ver detalles que a simple vista pasan desapercibidos. Lo anterior, además de brindar una herramienta tecnológica efectiva, también tiene una repercusión ambiental porque se logra preservar la naturaleza, sin talar un solo árbol.
Gracias a este método se consiguió el que, según sus responsables, es el mapeo más grande y detallado para una investigación arqueológica de este tipo y el cual les ha permitido “obtener en 10 días, mejores resultados que en 20 años”.
Así lo asegura Francisco Estrada, arqueólogo guatemalteco participante en esta investigación, que reveló sus detalles en el documental Tesoros perdidos de los mayas, estrenado el domingo en el canal NatGeo y que tendrá repeticiones durante los próximos meses. Estrada habló con EL TIEMPO sobre los el estudio, que llevó, entre otros hallazgos, a encontrar, en la turística región arquelógica de Tikal, una gran pirámide de varios metros de altura que había pasado desapercibida durante las expediciones de las últimas décadas. Además, la investigación da cuenta de datos reveladores como que la población maya excedía con creces las estimaciones previas.
¿Cuáles fueron sus hallazgos más llamativos?
Esta pirámide en Tikal, cerca de la plaza, que estuvo ahí todo el tiempo frente a nosotros y nadie se dio cuenta. Al parecer, Tikal era una metrópolis hasta cinco veces más grande de lo que pensábamos. Con base en las mediciones que hemos hecho en toda la región, tenemos una estimación más probable de la población en el área maya, pues antes se pensaba que la ciudad tenía un millón de habitantes y ahora contemplamos que podía haber entre 10 y 15 millones de personas. Esto pone a los mayas en un nivel de urbanismo y de desarrollo agrónomo mucho más alto de lo que se pensaba.
¿Personalmente, qué fue lo que más le impresionó de la investigación?
En mi área, lo más sorprendente es la extensión de grandes campos de cultivo sobre humedales que se creían inutilizados, porque se inundaban anualmente. Me sorprendió la inversión de los mayas para volver esos humedales terrenos más fuertes. También, ver esas increíbles fortalezas, que parecen como las de las películas de El señor de los anillos. Estamos hablando de cosas nunca vistas en la zona maya: fortificaciones tremendas que nos cambian la idea de, por ejemplo, cómo hacía la guerra esta civilización. Creemos que debía tratarse de batallas a gran escala y con ejércitos bien organizados, tal como los incas o los aztecas.
Gracias a esta tecnología, podremos seguir haciendo este tipo de inventarios arqueológicos mientras cuidamos el medioambiente
¿Qué nos dicen estos hallazgos arquitectónicos?
Las pirámides se ubican en la zona central de una ciudad, en el centro monumental de un gran a asentamiento que se extendía a gran distancia. Estamos viendo que hay calzadas que conectan el centro primario con los secundarios y otros caminos que conectan con otras pirámides más grandes. Pensamos que hay otras zonas del paisaje natural que conformaban todo un sistema ritual.
¿Cómo ve el futuro de las investigaciones sobre los mayas?
El futuro ya llegó, porque estamos viviendo en un momento que parece de ciencia ficción. Esperamos seguir recabando más de estos datos con el Lidar. Hay una riqueza de recursos naturales, y esperamos que se involucren cada vez más arqueólogos para investigar lo que hay. Todo esto es posible. Gracias a esta tecnología, podremos seguir haciendo este tipo de inventarios arqueológicos mientras cuidamos el medioambiente.
¿Qué verán los televidentes en este documental?
El documental nos muestra a los investigadores en acción, buscando esta ciudad, que aún no se conoce completamente; aparezco yo con el machete en la mano, abriendo camino en la selva. En un momento vemos el desentierro de una princesa maya que da cuenta de la existencia de un gran imperio en esta cultura. Es importante mostrar cómo este trabajo tradicional se combina con la recolección tecnológica de datos, que no quita la necesidad de entrar al monte a encontrar objetos a simple vista.