CIUDAD DE MÉXICO.- La pandemia de covid-19 vino a exhibir el analfabetismo digital que enfrenta el sistema educativo mexicano.
Los maestros y maestras no sólo viven el encierro de la cuarenta; son además prisioneros de la tradición en la que los formaron: enseñar cara a cara a sus alumnos y no a través de una pantalla de computadora, tableta o celular.
La lista de fracasos en intentos de alfabetización digital no son nuevos, —pasando por Enciclomedia, Habilidades Digitales para Todos y el más reciente Programa de Inclusión Digital en el sexenio pasado—, pero la pandemia vino a desenmascararlos todos, coincidieron expertos en educación e infancia consultados por Excélsior, en el marco del Día del Maestro.
Ahora la pandemia nos agarró desprevenidos; hay estimaciones que dicen 60% de los maestros es —no me gusta el término de analfabeto, pero es como lo califican— analfabeto digital”, refirió Carlos Ornelas, doctor en educación.
No creo que haya una sola causa, un solo motivo; es la conjunción de varios factores, en primer lugar pienso en la tradición normalista, a los maestros los entrenan para la educación presencial y es lo que saben hacer; la otra sería temor, sobre todo en maestros veteranos que tienen su práctica docente bien establecida, rutinas hechas y que les han permitido ganarse la vida y sacar adelante, bien o mal, pero sacar a sus generaciones de estudiantes; y otro factor, y esto lo pudiéramos identificar entre aquellos que compraron o heredaron su plaza, sería flojera intelectual o ser holgazanes, que no quieren aprender más, que no les interesa”, acotó el también profesor de Educación y Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco.
Lo que no sería justo, dijo David Calderón, presidente ejecutivo de la organización Mexicanos Primero, es echarle la culpa a los maestros.
No es que sean negligentes y por eso no tengan las competencias tecnológicas, es que nunca les dieron la oportunidad ni se hizo un abordaje sistemático para que desarrollan esas habilidades, así como por ejemplo es deseable que los maestros fueran bilingües o trilingües, pues sí, pero si no se crearon las condiciones no es posible. En resumen, en la tecnología están negados, pero sobre todo porque se les negó, pocos maestros son hábiles digitalmente y están haciendo todos algún tipo de esfuerzo, pero los que tienen más éxito son aquellos que se encontraron con el privilegio o lo pagaron ellos mismos”, expuso.
Para Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), el problema tiene que ver con las visiones viejas de un sistema educativo mexicano que calificó como conservador, obtuso y literalmente impermeable a cualquier cambio o nueva modalidad, porque no reconoce que el mundo ya cambió hace tiempo.
Lamentablemente, pese a las muchas advertencias y señalamientos que se venían haciendo desde hace tiempo, nuestro país en el sistema educativo no avanzó en su tarea de alfabetización digital y lo que estamos enfrentando con la pandemia es lo que podemos definir claramente como el analfabetismo digital del sistema educativo. Los maestros y maestras no tienen esa cultura digital y les está costando mucho trabajo no solamente acceder a esa información, sino también poder responder al ritmo que ya tienen niños, niñas y adolescentes que nacieron en este siglo y son, en lo que se conoce en el argot como, nativos digitales”, explicó.
LOS MAESTROS SUBSIDIAN EL SISTEMA
Y por eso no sólo deben dedicar más horas para atender a sus alumnos, además ellos mismos están teniendo que subsidiar con su dinero al sistema educativo, advirtieron David Calderón, de Mexicanos Primero, y Juan Martín Pérez García, de la Redim.
Ocho de cada 10 personas en nuestro país se comunican con dispositivos móviles, pero sólo con redes sociales gratuitas que vienen en planes de prepago; eso significa que incluso para los maestros acceder a una plataforma distinta a WhatsApp, Instagram, Twitter que están como gratuitas, les cuesta y tienen que poner entonces sus datos y su dinero para poder trabajar, porque se tiene que tener claro que el teléfono móvil por más que se quiera, no puede ser herramienta primaria para educar”, comentó Pérez García, quien recordó que sólo 44 por ciento de las viviendas reportan tener una computadora, lo que implica que hay maestros que ni siquiera tienen ese dispositivo en casa.
Los maestros están subsidiando un sistema nacional educativo con su dinero, con su sueldo, con su tiempo y no se ha hablado de ningún apoyo”, agregó Calderón.
En este contexto, Pérez García indicó que la situación amerita revisar los contratos colectivos de trabajo de los maestros para incorporar las emergencias y particularmente transitar hacia modalidades híbridas de trabajo presencial y virtual con la garantía de que se les dote de todos los insumos materiales para cumplir con su trabajo, del equipo de cómputo hasta conexión a internet.
Al respecto, Ornelas destacó que pese a todas las deficiencias los maestros están tratando de hacer su trabajo lo mejor que pueden.
Hay una especie de apertura forzada digamos por las circunstancias, pero los maestros dijeron ‘no estamos de vacaciones, vamos a hacer algo’ y tratan de hacerlo, las herramientas de Google son muy buenas, pero muy complejas, muy sofisticadas, los maestros no saben utilizarlas, si aún en educación superior tenemos muchas dificultades para el Classroom, imaginemos en primaria y secundaria. El maestro en cierta forma es prisionero de esta tradición, de que se entrenaron nada más para la enseñanza presencial”, concluyó.