Ana Laura, la joven de 22 años que durante un par de años fue sometida a trabajos forzados y a los golpes de una familia, presenta 400 cicatrices en todo su cuerpo como resultado del encadenamiento y otro tipo de maltratos que sufrió dentro de una planchaduría, de acuerdo con las primeras valoraciones médicas de las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Por este caso, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) inició una queja de oficio por el caso de la joven explotada con la finalidad de brindarle apoyo y cerciorarse de la atención que reciba por parte de la unidad de víctimas de la dependencia capitalina.
Estamos acercándonos a toda la información, es una de las facultades de la Comisión, el abrir este tipo de expedientes cuando hay un caso de interés público”, afirmó la presidenta de la CDHDF, Perla Gómez Gallardo, quien sostuvo que analizarán las acciones para que la familia –cinco personas– maltratadora sea debidamente juzgada.
JUSTIFICA ACTOS DE VIOLENCIA
Leticia Molina Ochoa, la mujer que le dio empleo a Ana Laura, justificó la violencia que ejercía contra la joven.
Me reclamaron que faltaba ropa, y la encontré quemada por Ana Laura. Le hice firmar unas hojas por cada prenda quemada, eran prendas caras, y ella me pagaba con lo que planchaba, pero de ahí comenzamos a tener problemas”, quedó asentado en la averiguación previa a la que Excélsior tuvo acceso.
Por este caso de trata fueron detenidas, el fin de semana pasado, cinco personas, entre ellas cuatro mujeres y un hombre, todos integrantes de una familia.
La hermana de Leticia, Fani, y las hijas de Leticia: Ivette y Jannet Hernández, señalan a su madre como la agresora. En sus declaraciones las mujeres se inculpan una a otra. Jesús Sánchez Vera se reservó su derecho a declarar.
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( FUENTE EXCELSIOR )