PEPINO DE MAR, LA VÍCTIMA SILENCIOSA DEL CRIMEN ORGANIZADO EN YUCATÁN:LA EXTRACCIÓN ILEGAL DE ESTE INVERTEBRADO AMENAZA ECOSISTEMAS, COMUNIDADES Y SEGURIDAD EN MÉXICO
🔍 La pesca furtiva de pepino de mar ha generado una crisis ambiental y social en la península, impulsada por el mercado negro asiático y la participación de grupos criminales
Redacción Macronews
Yucatán, México – 16 de julio del 2025
Originario de los fondos marinos mexicanos, el pepino de mar, un invertebrado clave en la salud del ecosistema, ha pasado de ser un habitante discreto del océano a convertirse en el blanco de un lucrativo mercado ilegal que amenaza el equilibrio marino y la seguridad de comunidades costeras.
Considerado un manjar y remedio en la medicina tradicional china, su creciente demanda lo ha convertido en un objetivo para el crimen organizado. Según estudios, el kilogramo puede alcanzar cientos de dólares en Asia, motivando a bandas criminales y pescadores ilegales a extraerlo de forma masiva, sin importar las vedas ni la sostenibilidad del recurso.
Una extracción fuera de control
La sobreexplotación ya ha colapsado poblaciones en la península de Yucatán. Entre 2011 y 2021, las autoridades decomisaron más de 100 toneladas de pepino de mar en operaciones en México y Estados Unidos, con un valor superior a los 29.5 millones de dólares, según un estudio liderado por OceansAsia y la Universidad Estatal de Michigan.
Sin mecanismos de defensa y fácilmente recolectables, estas especies han sido capturadas incluso fuera de temporada y sin permisos, aprovechando la escasa vigilancia en zonas costeras. Esta situación ha provocado el cierre de la pesquería en Yucatán, mientras los ecosistemas marinos sufren alteraciones en el ciclo de nutrientes y biodiversidad.
Más allá del daño ambiental
El tráfico de pepino de mar afecta también el tejido social. Las comunidades pesqueras enfrentan ahora inseguridad, violencia y pérdida de medios de vida, mientras que el capital delictivo transforma la economía local y genera condiciones propicias para otras actividades ilegales.
Además, su falta de carisma y visibilidad impide una defensa efectiva. “Es difícil movilizar a la sociedad para proteger a un animal que muchos ni siquiera imaginan como tal”, explica el conservacionista Teale N. Phelps Bondaroff.
Un reto internacional
Expertos coinciden en que revertir esta crisis requiere cooperación internacional, tecnología de monitoreo, campañas educativas y recursos reales para vigilancia. Las leyes existen, pero la respuesta institucional ha sido superada por el interés de organizaciones criminales.
La situación del pepino de mar en Yucatán evidencia cómo el crimen organizado ya no sólo comercia drogas, sino que ahora depreda recursos naturales estratégicos, con impactos ecológicos, económicos y sociales que pueden tardar décadas en repararse.