En su conferencia mañanera del 3 de enero, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, compartió una interesante anécdota sobre sus primeros encuentros con dos figuras clave de su gobierno: Jesús Ramírez Cuevas, actual coordinador de asesores y exvocero de la Presidencia de la República, y Edgar Amador Zamora, subsecretario de Hacienda y Crédito Público. La mandataria narró cómo su amistad con ambos comenzó mucho antes de que todos se involucraran en la política de la Cuarta Transformación y, en particular, antes de conocer al exmandatario Andrés Manuel López Obrador.
Durante la conferencia, Sheinbaum recordó que los tres formaron parte del Consejo Estudiantil Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1986. Este consejo se formó como respuesta a las reformas a los estatutos de la universidad impulsadas por el entonces rector, Jorge Carpizo MacGregor, que buscaban implementar cuotas por inscripción y colegiaturas, además de modificar el pase automático de los estudiantes de preparatorias y CCHs a las licenciaturas.
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“Nos conocimos en el movimiento del consejo estudiantil universitario, de hecho a Jesús lo conozco desde antes, él era estudiante del CCH Naucalpan, y yo, que ya tenía unos años más, era estudiante de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Edgar, por su parte, estudiaba en la Facultad de Economía. Los tres, siendo muy jóvenes, nos involucramos en esa lucha estudiantil”, comentó Sheinbaum.
La mandataria explicó que el movimiento de 1986 fue una de las primeras grandes movilizaciones estudiantiles contra las reformas que consideraban injustas para los estudiantes de la UNAM. La convocatoria del consejo buscaba rechazar las modificaciones que incrementaban los costos de la educación en una de las universidades más importantes del país.
En su relato, Sheinbaum destacó el espíritu de lucha y la valentía de los jóvenes que participaron en ese movimiento, un episodio que, según la presidenta, marcó el inicio de una relación cercana con Ramírez Cuevas y Amador Zamora. Aunque entonces no imaginaban que años después estarían trabajando juntos en el gobierno de López Obrador, ese primer contacto en las aulas de la UNAM cimentó su vínculo político y personal.
Este testimonio de la presidenta no solo resalta su trayectoria como activista estudiantil, sino que también subraya el origen de muchos de los actores clave de la política mexicana actual, quienes en su juventud compartieron causas comunes y sueños de transformación social, mucho antes de unirse al movimiento que cambiaría el rumbo del país bajo la presidencia de AMLO.
FUENTE: MAYA COMUNICACION