Redacción Macronews.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, condenó enérgicamente los actos de vandalismo ocurridos durante la segunda marcha contra la gentrificación en la Ciudad de México, en los que un grupo de manifestantes irrumpió en instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), provocando daños materiales y la quema de libros en la Librería Julio Torri. Desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, la mandataria calificó el hecho como una “actitud fascista” y advirtió que no se puede solapar este tipo de prácticas en una nación democrática.
“Rompieron los vidrios de una librería y quemaron libros. Los únicos que han quemado libros en la historia son los fascistas. Por supuesto que puede haber una demanda legítima, pero quemar libros en una institución educativa debe ser condenable. Eso no podemos solaparlo en nuestro país”, expresó Sheinbaum durante su conferencia matutina del lunes 21 de julio.
La presidenta reconoció que las manifestaciones contra la gentrificación responden a preocupaciones legítimas sobre el encarecimiento de la vida en zonas urbanas, pero subrayó que la protesta social no puede derivar en actos de violencia ni en ataques a espacios académicos y culturales. “Eso es una actitud, prácticas que sólo se pueden catalogar como movimientos fascistas, intolerantes”, agregó.
Los hechos ocurrieron el domingo 20 de julio, cuando un grupo minoritario se desvió del contingente principal de la marcha y atacó el Centro Cultural Universitario (CCU), causando daños significativos en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), casetas de vigilancia y la Librería Julio Torri. La UNAM, a través de un comunicado oficial, condenó los actos y anunció que presentará denuncias ante las autoridades de la Ciudad de México para que se investigue y sancione a los responsables.
“La Universidad Nacional Autónoma de México reitera su firme compromiso con la libertad de expresión, la pluralidad y el derecho a la manifestación pacífica, pero rechaza tajantemente toda forma de violencia, agresión e intolerancia como métodos de protesta”, señaló la institución.
La UNAM también informó que ha iniciado la evaluación de los daños y que continuará siendo un espacio abierto al debate, el diálogo y la crítica social, pero no tolerará la destrucción de bienes comunes ni actos que atenten contra los derechos de otros.
Este incidente ha reavivado el debate sobre los límites de la protesta social y la necesidad de preservar los espacios educativos como entornos seguros para el pensamiento crítico y la expresión cultural. Tanto el gobierno federal como la máxima casa de estudios coincidieron en que la defensa de causas legítimas debe transitar por vías pacíficas y respetuosas del patrimonio colectivo.