Redacción Macronews.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, desmintió este viernes cualquier acuerdo extraordinario de colaboración con la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), luego de que el director de la agencia, Terry Cole, afirmara que existe una “disposición sin precedentes” del gobierno mexicano para combatir el narcotráfico en conjunto.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum fue enfática: “Ya no voy a entrar en debate con la DEA. Hay lo que hay, no hay más”. Explicó que los agentes de la DEA, como los de cualquier otra agencia extranjera, deben solicitar permiso a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores y operar bajo los lineamientos de la Ley de Seguridad Nacional.
La mandataria aclaró que cualquier intercambio de información se realiza exclusivamente a través del Sistema Nacional de Inteligencia e Investigación, en el marco de la soberanía mexicana. “No se permitirá la intervención de agentes sin autorización formal ni fuera de los límites establecidos por la ley”, subrayó.
El “Proyecto Portero” y la postura mexicana
Las declaraciones de Sheinbaum responden directamente al comunicado emitido por la DEA sobre el supuesto “Proyecto Portero”, una operación para desmantelar redes de tráfico en la frontera. Según Cole, esta iniciativa refleja una nueva etapa de cooperación bilateral impulsada por el presidente Donald Trump.
Sin embargo, Sheinbaum negó rotundamente la existencia de dicho acuerdo. “No sabemos con base en qué emitieron ese comunicado. No hay ningún acuerdo, ninguna de las instituciones de seguridad mexicanas ha pactado algo con la DEA”, afirmó.
La presidenta explicó que el único convenio en proceso es un acuerdo de seguridad con el Departamento de Estado de EE.UU., coordinado por la Secretaría de Relaciones Exteriores, basado en principios de respeto mutuo, soberanía y operación territorial sin subordinación.

Defensa de la soberanía nacional
Sheinbaum insistió en que cualquier colaboración internacional debe respetar los cauces institucionales y ser validada por el Gobierno de México. “La presidenta no va a poner en riesgo la soberanía nacional”, reiteró.
Este posicionamiento marca una línea clara en la política exterior y de seguridad del actual gobierno, que busca mantener la cooperación internacional dentro de los límites constitucionales y sin ceder control operativo a agencias extranjeras.