Redacción Macronews.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se pronunció este martes en firme oposición al arancel del 17.09% que Estados Unidos impuso sobre las importaciones de jitomate mexicano, tras anunciar su retiro del Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping sobre Tomates Frescos de México. Durante su conferencia matutina, la mandataria dejó claro que su gobierno “seguirá peleando por un acuerdo” antes del 1 de agosto, con el fin de proteger al sector agrícola nacional y mantener el flujo comercial de uno de los productos más emblemáticos y rentables del país.
Este gravamen, determinado por el Departamento de Comercio estadounidense, impacta directamente a una industria que genera miles de empleos y que abastece más de 4 mil 300 millones de libras de jitomate al mercado de Estados Unidos, el cual depende en más de 90% de las exportaciones mexicanas. Frente a esta decisión, Sheinbaum recalcó: “El jitomate mexicano va a seguir exportándose aun con el arancel, porque no tiene sustituto (…) La mayor producción allá está en Florida y son principalmente los productores que han estado buscando que se ponga arancel al tomate mexicano”.
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La presidenta destacó que su administración se encuentra en diálogo constante con asociaciones y productores del sector, con el propósito de anunciar próximamente un paquete de medidas para garantizar la estabilidad de la industria, dentro del marco del Plan México. Asimismo, subrayó la relevancia económica y cultural del jitomate, calificándolo como un producto que ha consolidado su presencia internacional a lo largo de más de 120 años, con innovación, tecnificación y altos estándares de calidad.
Durante la conferencia, Sheinbaum leyó un pronunciamiento de los propios productores, donde se subraya que ningún país en el corto ni mediano plazo puede reemplazar el jitomate mexicano, ya que solo un 9% de dicho mercado se cubre con productos originarios de otras regiones. Además, recordó que este tipo de medidas ya han sido intentadas anteriormente por Washington, y que su reversión en el pasado fue prueba de los efectos adversos que tuvo sobre los consumidores estadounidenses y sobre su propia economía agroalimentaria.
La jefa del Ejecutivo mexicano también cuestionó el enfoque del Departamento de Comercio, señalando que la imposición de aranceles se ha convertido en una herramienta de presión injustificada hacia uno de sus socios comerciales más sólidos: “No estamos de acuerdo con esta medida que toma particularmente el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, es un acuerdo que existe que ya se probó retirar, que lo retiraron y lo tuvieron que volver a incorporar”.
Sheinbaum reafirmó el compromiso de su gobierno de defender los intereses de los productores mexicanos y buscar una solución negociada que respete la legalidad y el equilibrio comercial entre ambas naciones. Enfatizó que las acciones que tomará estarán basadas en evidencia, cooperación institucional y con pleno respeto a la soberanía.