La investigación en la que participan 17 medios de diversas partes del mundo revela el interés de clientes de NSO por seguir las actividades y todos los asuntos del entonces líder de la oposición y ahora Presidente de México.
Los teléfonos de la esposa, hijos, colaboradores cercanos y hasta del cardiólogo de Andrés Manuel López Obrador fueron ingresados entre 2016 y 2017 al sistema utilizado por los clientes de Pegasus, el software desarrollado por NSO Group para recopilar datos de dispositivos móviles de sospechosos de participar en delitos graves y terroristas.
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Una vez instalado, Pegasus permite al operador tomar un control completo del dispositivo, incluyendo el acceso a los mensajes de aplicaciones de mensajería cifrada como WhatsApp y Telegram, también permite encender el micrófono y la cámara del celular.
Pegasus Project es una investigación en la que participan más de 80 periodistas de 17 medios y organizaciones de diferentes partes del mundo, entre las que se encuentra Aristegui Noticias, coordinada por Forbidden Stories, con el apoyo técnico del Laboratorio de Seguridad de Amnistía Internacional.
A lo largo del proyecto se documentó que los operadores del sistema colocaron como blanco de espionaje a más de 500 diplomáticos, más de mil 200 funcionarios, alrededor de 250 defensores de derechos humanos y por lo menos 180 periodistas.
Dentro de los miles de números registrados aparecen al menos 12 jefes de Estado.
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La investigación identificó los datos del círculo más cercano del actual Presidente de la República entre los más de 15 mil números de teléfono seleccionados por clientes NSO en México, donde además figuran los números de políticos de todos los signos, funcionarios, periodistas, defensores de derechos humanos, empresarios, abogados y presuntos criminales.
Entre los números encontrados están los de:
- – Beatriz Gutiérrez Müller
- – Andres Manuel, José Ramón y Gonzalo López Beltrán
- – Pío López Obrador
- – Pedro Arturo López Obrador
- – Martín de Jesús López Obrador
- – Y para llegar al corazón, Patricio Ortiz el cardiólogo de López Obrador.
También están aquellos que en los últimos años han sido el círculo más cerrado del actual presidente:
- – Julio Scherer
- – Alfonso Romo
- – Rocío Nahle
- – Manuel Bartlett
- – Defina Gómez
- – Alfonso Durazo
- – Alejandro Encinas
- – Marcelo Ebrard Casaubón no aparece, pero en los registros está el número de su esposa y exdiplomática de Honduras, Rosalinda Bueso.
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Los números telefónicos de gente históricamente cercana a López Obrador también fueron seleccionados como blanco u objetivo de posible espionaje por clientes de NSO:
- – Claudia Sheinbaum
- – Bernardo Bátiz
- – René Bejarano
- – Dolores Padierna
- – José Agustín Ortiz Pinchetti
- – Ricardo Monreal
- – Bertha Lujan
- – Arturo Alcalde
- – Horacio Duarte
- – Gabriel García
- – Alejandro Esquer
- – Zoé Robledo
Entre los números de personajes vinculados a la vida partidista y legislativa relacionados con López Obrador destacan: Mario Delgado y Yeickol Polevsnky.
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Los números telefónicos de quienes han sabido de cada paso, cada cita y cada compromiso de López Obrador en los últimos años no fueron la excepción:
- – Jesús Ramírez Cuevas
- – César Yáñez
- – Laura Nieto
- – Martha Ramírez González
- – Daniel Asaf
- – Mario Toledo
- – Y Nicolás Mollinedo, quien por años fue chofer de López Obrador.
Redes de investigación
Durante la investigación se concluyó que los usuarios de NSO Group comúnmente enfocan los intentos de espionaje en redes de contactos, no solo en objetivos particulares.
Esto significa que los operadores del programa ubican y atacan al círculo de confianza del blanco principal; es decir los amigos, colaboradores cercanos y familiares de la víctima principal también se convierten en un target.
Este fenómeno se observó con diferentes casos: en el caso Ayotzinapa se tendió una red para seguir a los padres de los implicados y sus representantes legales. En el caso de la CNTE se apreció el interés por seguir las comunicaciones de los principales líderes de organización gremial, en el marco de la reforma educativa que impulsó el gobierno de Enrique Peña Nieto.
A nivel internacional se repitió el patrón: en el caso Jamal Khashoggi aparecen su prometida, abogado, el fiscal encargado de indagar el caso, dos amigos del periodista y su ‘contacto de emergencia’.
La reacción de los mencionados: Indignación sí, incredulidad no
Durante las últimos días los periodistas participantes de Pegasus Project buscaron a las personas aludidas en el reportaje para conocer su postura ante estos hechos.
El cardiólogo del Presidente, Patricio Ortiz, dijo que el gobierno anterior buscó toda la información sobre la salud de López Obrador, “a través del hospital, a través mío y no tuvieron nada más que lo que se sacó públicamente… El único objetivo de espiarme era el candidato, yo era una herramienta. Yo pienso que es muy grave pero era la manera en la que pasaban las cosas en el país. Desafortunadamente, no estoy sorprendido”.
Recuerda que “no hablaba de la salud de López Obrador por teléfono para proteger la imagen del candidato, sabía que tenía que cuidar mucho la información que yo decía”.
Julio Scherer Ibarra dijo que estas prácticas corresponden a los regímenes autoritarios que quieren perpetuarse en el poder. “En el caso mío no es nuevo, porque mi papá, mi familia siempre ha sido sometida a este tipo de acoso por el gobierno. Son las prácticas por las que hemos luchado siempre, por exterminar… Yo creo que todos en el entorno del licenciado López Obrador hemos tenido la seguridad de que éramos intervenidos”.
Rocío Nahle afirmó que: “El régimen anterior se dedicó a violar la intimidad de las personas. Como coordinadora de los diputados de la primera legislatura de Morena sabía que estaba en el ojo de gobierno, lo inadmisible es que también a mi hija- que está ajena a cualquier evento político estuvieran siguiendo sus movimientos y conversaciones. Afortunadamente el cambio llegó para bien en la cuarta transformación y esos ilícitos dejaron de ser prácticas del gobierno”.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo que había una “práctica persecutoria de espionaje político que usaba el antiguo régimen”.
Bertha Luján sostuvo que no le parece descabellado estar en el registro de Pegasus Project, pues durante años militó en la oposición. “Me parece que es una práctica no solamente ilegal, sino que afecta directamente a los derechos humanos, el derecho a la privacidad, el derecho a tener una vida que nos corresponda, de la que somos propietarios…”.
Arturo Alcalde dijo que las intervenciones dejan a las personas en un estado de indefensión porque es complicado saber dónde está toda la información recopilada. “Yo entiendo que a veces es el gobierno, pero muchas veces pueden ser las empresas, otras veces pueden ser líderes sindicales… Personalmente, no tengo ninguna evidencia de que se haya hecho esa intervención en el entorno de gobiernos autoritarios, que tienen muchos intereses creados y buscan neutralizar a los que consideran sus adversarios”.
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El fiscal electoral José Agustín Ortiz Pinchetti afirmó que en esas fechas no sospechaba ser víctima de espionaje: “El espionaje es una pandemia, la vacuna es la investigación. Falta un remedio drástico”.
Otros personajes fueron consultados durante esta investigación y no han respondido o prefieren no ser citados.
Fuente: Aristegui Noticias