Utilizado durante muchos años para determinar si el peso de una persona es saludable, en los últimos tiempos la confiabilidad del IMC (índice de masa corporal) ha sido puesta en entredicho.
Su calculo se hace simplemente tomando el peso de una persona (en kilogramos) y dividiéndolo por su estatura al cuadrado (en metros).
Al notar que su IMC reflejaba sobrepeso, el doctor y presentador de la BBC, Mark Potter, decidió investigar y poner a prueba la efectividad del índice,comparándolo con otros métodos para medir la grasa del cuerpo.
Su búsqueda lo llevó al consultorio de Anita Albreck, una fisiculturista y entrenadora personal. Allí le midieron los pliegues cutáneos de su cuerpo. Es decir, el espesor de un doble pliegue de piel y tejido adiposo subcutáneo comprimido.
El resultado determinó que Potter poseía un 20,86% de grasa corporal. De sus 90 kilos, tenía 18,5 Kilogramos de grasa que, a juzgar por esta medición exterior, no reflejaba un mayor sobrepeso.
Pero Potter también se sometió a una densitometría ósea o DEXA, una tecnología de rayos X de gran precisión, en el que se determinó que tenía un 29,8% de grasa.
Para alguien de su edad, el porcentaje considerado como mínimo es de 10 y el máximo de 40.
Por lo tanto su porcentaje de grasa reflejó cierto sobrepeso que, en su caso particular, estaba acorde con el 25,5% que indicaba su IMC. (hasta 24,9% se considera normal)
Grasa visceral
Una de las ventajas del DEXA es que puede separar la grasa exterior de la interna algo que destacó Jimmy Bell, experto en distribución de grasa y metabolismo, al analizar los resultados de Potter.
«Si la grasa es exterior, lo que llamamos tejido adiposo subcutáneo, alrededor del vientre o la cadera, se considera que es protectora y no tan peligrosa como la interior o visceral, es decir la que rodea los órganos internos, el hígado, el páncreas, los riñones».
Según el DEXA, Potter tenía poco más de 1,5 kilogramos de grasa visceral.
«Tenemos grandes estudios de la población y está dentro de lo que consideramos un individuo relativamente normal en cuanto a grasa interna».
Y en ese sentido el IMC no puede reflejar donde está acumulada la grasa.
«Puedes tener personas que tienen un IMC normal, es decir entre 20 y 24,9% y esas personas creen que están completamente sanos, pero pueden tener de 4 a 5 kilos de grasa visceral y se ha mostrado que ese tipo de depósitos conllevan un mayor riesgo de ciertos tipos de diabetes y cáncer», acota Bell.
Y resaltó el caso contrario ejemplificado por los luchadores de sumo.
«Tienen IMC de 50 hasta 56, pero cuando se observa su grasa visceral la cifra es realmente baja«.
Bell también destacó que el IMC se desarrolló inicialmente basado en un grupo específicamente definido compuesto principales por hombres caucásicos.
«Para ese grupo el índice funciona bien, pero luego fue extendido a una población mayor. Entonces no funciona tan bien en los extremos si eres demasiado obeso, demasiado flaco, si eres de distinto género o etnicidad».
Caso individual
Los expertos sí coinciden en señalar que el IMC sirve para observar poblaciones generales ya que permite generar promedios.
Pero no cuando se aplica a casos individuales como en el caso de personas con demasiada grasa interna.
Y las investigaciones muestran que la forma más rápida de eliminar esa grasa visceral es a través del ejercicio.
«El ejercicio eliminará la grasa interna primero y luego la externa. Por eso es que la gente tiende a decepcionarse porque la forma del cuerpo no cambia tan rápido como, por ejemplo con una dieta, pero desde el punto de vista fisiológico y de salud tienes un efecto más rápido y mejor que si solo haces dieta».
En todo caso a Potter la investigación le sirvió para cambiar su percepción sobre el IMC.
«Ciertamente funcionó para mí. Nunca le di importancia, pero ahora se que refleja un problema real de peso así que tuve que hacer algo al respecto».
Lo que en su caso significó regresar al consultorio de Anita Albreck, la fisiculturista y entrenadora personal, para ver cómo rebajaba su 30% de grasa de más.
(FUENTE: BBC MUNDO)