Las fuerzas turcas derribaron un avión ruso cerca de la frontera entre Turquía y Siria este martes, lo que intensificó de manera peligrosa un conflicto que se está expandiendo rápidamente y de manera imprevisible.
Demos un paso atrás y consideremos lo que la guerra en Siria ha provocado: solo días después de los ataques en París —unos de los peores ataques terroristas en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial— y mientras la capital extraoficial de la Unión Europea, Bruselas, aún se encuentra en cierre parcial, un miembro de la OTAN derribó un avión de combate ruso.
Si esto hubiera ocurrido durante la Guerra Fría, nos estaríamos preparando para la posibilidad de una guerra nuclear. Afortunadamente, ese conflicto se acabó. En vez de marcar los códigos nucleares, el presidente de Rusia Vladimir Putin solicitó una reunión de emergencia del Consejo De Seguridad de las Naciones Unidas, mientras que la OTAN convocó a su propia reunión de emergencia.
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No debemos malinterpretar la situación como una evidencia de calma; Rusia, furiosa, ha dicho que Turquía es «cómplice del terror» y Putin advirtió que habrá «serias consecuencias». Y estos son solo algunos de los últimos acontecimientos en el conflicto más complicado del mundo.
Justo después de las masacres en París, el papa Francisco dijo que los ataques terroristas fueron parte de lo que poco a poco se convertirá en una Tercera Guerra Mundial. Pero es la guerra en Siria en sí lo que se está convirtiendo en la guerra mundial de este siglo.
Conflicto sirio
El conflicto sirio, el cual se volvió mortal en 2011 cuando el presidente Bashar Al Assad respondió a los llamados a la democracia al masacrar a los manifestantes, se ha convertido en un vórtice global de violencia, un agujero negro que se traga a otros conflictos. Día tras día, el número de disputas y rivalidades que alimenta el conflicto en esa parte del levante crece, lo que trae consigo más potencia de fuego y más reclutas.
Inició con los activistas en pro de la democracia contra las fuerzas de Assad, y esto atrajo un conjunto conflictivo de grupos armados de la oposición. Hizo que moderados se enfrentaran contra extremistas y extremistas, contra los ultra extremistas.
El conflicto se ve enardecido por la furia sectaria de los chiitas en contra de los sunitas, de los árabes en contra de los iraníes. La organización libanesa de Hezbolá, respaldada por Irán, lucha en contra de milicias respaldadas por árabes del Golfo. El Frente al Nusra de al Qaeda compite con ISIS, los kurdos luchan contra ISIS y contra el Ejército sirio, y Turquía lucha contra los kurdos, mientras enfrenta a ISIS sin fuerzas y hace una intensa presión por la destitución de Assad.
Y son muchos más los aspectos involucrados, con mayores consecuencias geopolíticas. Está Rusia, Estados Unidos y la «coalición en contra de ISIS», y pronto habrá un bloque organizado por Francia para combatir a ISIS.
Es mucho y poco lo que se ve a simple vista. Mientras Rusia y Turquía han hecho alardes de combatir a ISIS, el enemigo ungido del mundo «civilizado», el hecho es que cada uno tiene otros objetivos en mente, y esta es la razón por la que el derribo del avión, ocurrido el martes, no será desestimado como un accidente en un abarrotado teatro de guerra.
Rusia no está en Siria para combatir a ISIS sino para salvar al régimen de Assad como un aliado permanente ruso. Turquía tiene dos objetivos: quiere cortar las alas de los kurdos de mentalidad independentista, pero también quiere ver la caída de Assad.
Y mientras los objetivos de Turquía difieren de los de sus aliados de la OTAN —particularmente porque Ankara se ha hecho de la vista gorda ante ISIS, un enemigo de los kurdos— el bloque de la OTAN en su mayoría está de acuerdo sobre su antipatía hacia Assad.
Luego tenemos un concurso geopolítico incluso más grande en juego. Rusia está tratando de socavar la posición de Estados Unidos en Medio Oriente, al trabajar en la agenda de Putin de retar y desafiar a Washington.
Mientras el presidente Barack Obama trataba de asegurarle a Estados Unidos que sus esfuerzos calculados por contener y degradar a ISIS estaban dando resultados, Putin envió una enorme fuerza militar a Siria y reestructuró el conflicto. Assad podría haber estado a punto de caer, pero Putin, quien ahora trabaja del mismo lado de Irán y Hezbolá, se aseguró de que eso no ocurra en un futuro cercano. Y ahora que ISIS ha lanzado ataques en Europa Occidental, parece más probable que Assad logre mantenerse en el poder.
Enemigos y aliados
¿Estás confundido? Esto apenas roza la superficie. Todos los involucrados en este conflicto tienen amigos y enemigos en lados opuestos.
Así es una guerra mundial: compañeros extraños, agendas conflictivas, alianzas de conveniencia. Y si crees que el centro del conflicto; es decir, los problemas y las ideologías que están en juego, parecen confusas, trata de averiguar en torno a qué giraba la Primera Guerra Mundial. La claridad no es un requisito en una guerra mundial.
La Guerra Mundial de Siria ya involucra a decenas de países. El año pasado, Estados Unidos creó una coalición de amplio rango de más de 60 naciones. Desde Corea del Sur hasta Australia, los gobiernos han participado en distintos grados en la campaña para derrotar a ISIS.
ISIS, mientras tanto, ha extendido su área de operaciones. También ha agregado franquicias y sus seguidores han atacado objetivos alrededor del mundo.
La organización con sede en Siria no solo controla territorio en Siria e Iraq; sus seguidores mantienen el dominio en Libia, la península del Sinaí en Egipto, Nigeria y otras partes de África. Y la lista de grupos que le prometen alianza al auto denominado califato abarca decenas de miles de kilómetros, al llegar a lugares como Afganistán, Indonesia, Pakistán, Argelia y las Filipinas.
Muchas personas de distintas nacionalidades han muerto en Siria e Iraq. Pero la propia propaganda terrorista de ISIS ha transmitido el asesinato de estadounidenses, británicos, egipcios, japoneses, coreanos, chinos y civiles de otras nacionalidades.
Refugiados de Siria se han reubicado en lugares tan lejanos como Uruguay, y los ataques terroristas por parte de individuos vinculados a combatientes sirios no solo han matado a gente en Siria, el Líbano y Turquía, sino también en Canadá, Francia, Australia, Nigeria, Dinamarca y en otros lugares. Y no olvidemos a Egipto, donde los expertos de inteligencia y las autoridades rusas creen que un avión de pasajeros ruso fue derribado deliberadamente hace solo unas semanas.
¿Parece esto una guerra mundial?
El término «guerra mundial» obviamente evoca los dos grandes conflictos del siglo XX. Un sorprendente paralelo esta vez es la renuencia de Estados Unidos a verse involucrado; el público desea permanecer afuera, y decir «esta no es nuestra lucha».
Es imposible saber hasta dónde se mantendrá la analogía. Pero vale la pena recordar que esos conflictos solo llegaron a su fin cuando para Estados Unidos fue imposible fingir que no estaba siendo afectado por el brutal conflicto de una furiosa guerra que se estaba librando a miles de kilómetros de las costas de Estados Unidos.
(FUENTE: CNNEXPANSIÓN)