Una »mafia» comete graves delitos en la zona de Chichén Itzá, denunció el director de la Zona Arqueológica, Marco Antonio Santos Ramírez, asegurando que la situación actual coloca a la zona en la misma emergencia que se vivió durante la pandemia.
El bloqueo realizado por vendedores de artesanías, comerciantes y algunos guías de turistas, impulsados por ejidatarios de la zona, se debe a que la actual administración no les permite hacer su “agosto” de forma ilegal, como estaban acostumbrados.
Incluso, prestadores de servicios turísticos y visitantes decidieron no insistir en llegar a esta zona arqueológica de la civilización maya, sino que los «tour-operadores» y guías canalizan a los turistas a Ek Balam, que está a 67 kilómetros de Pisté, en Valladolid.
Asegura el directivo que el bloqueo tiene su origen en interés económicos y políticos, los cuales se vieron afectados por que la administración actual no deja que los vendedores de artesanías, comerciantes, guías de turistas y ejidatarios “hagan lo que quieran en esta zona arqueológica”.
Chichén Itzá terminó 2022 con cifras récord, 2 millones 600 mil visitantes y recaudó solo en cuotas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) 170 millones, cifras superiores a las que registró en 2019, el mejor año antes de la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, la recaudación de dinero por concepto de tarifas que ingresó Chichén Itzá fue superior porque la Agencia de Administración Fiscal del gobierno del Estado cobra una cuota 4 veces más que la del INAH. Si se toma como base este dato, quiere decir que la AAFY estatal ingresó a sus arcas alrededor de 680 millones en 2022.
La AAFY cobra una cuota estatal de 571 pesos a visitantes extranjeros y 283 pesos a mexicanos. La tarifa única del INAH es de 85 pesos.
Santos Ramírez dijo que es grave el problema que afronta Chichén Itzá porque está enraizada una mafia que comete delitos federales, que no se investigan. “Claro que es grave la situación de Chichén, no es nada sencillo, son intereses de personas que a veces están unidos, otras veces están separados».
«Cuando les conviene se unen, como hacen ahora que les incomoda a sus intereses la aplicación de la ley”, afirmó el arqueólogo.
Los delitos que cometen están relacionados con la venta de alcohol y drogas, prostitución, trabajo infantil, tráfico de documentos apócrifos, entre otros, que antes cometían en el interior de la zona arqueológica. Sin embargo, aseguró que hoy no pueden hacerlo por la estricta vigilancia, pero continúan con sus negocios ilícitos afuera de las instalaciones.
«Esta situación que vive Chichén Itzá la está pasando también Palenque, Chiapas, donde los grupos de artesanos y comerciantes piden la destitución de la directora; en el Tajín, Veracruz, también piden la renuncia del director», aseguró.